Maggie Rogers

Aprovechando el estado de confianza de Maggie Rogers tras la grabación de su reciente LP “Don’t Forget Me” (2024), su productor Ian Fitchuk le animó a grabar una canción más, esta “In the Living Room” que ella había decidido no incluir en el disco. Y así fue, pero viendo su potencial decidieron publicarla como single aparte. Aunque lírica y estilísticamente podría haber encajado bien en el álbum, quizá suene más directa y decidida que el resto.

A medio camino entre el country mainstream de Kacey Musgraves y el folk-rock de nuevos valores como Madi Diaz –por cierto, ambas colaboraron en el tema “Don’t Do Me Good” de esta última–, no tiene miedo a pisar esa línea imaginaria del presunto placer culpable que rebasaban superventas americanas de los noventa como Shania Twain o incluso Natalie Imbruglia (que nadie se sobresalte: ¿no hay aquí algún timbre del archiconocido “Torn”?).

La misma falta de cinismo y malicia se refleja en la letra de la canción. Un recuerdo sentido y más bien agradecido a un examante y la huella que dejó en ella, sin reproches ni explicaciones del motivo de la ruptura. Simplemente el apasionado recuerdo sintetizado en el par de versos de los que se extrae el título del tema: “But I will always remember you / Whеn we were dancing in the living room”. En el vídeo de la canción, se combinan imágenes de ella en esa habitación en cuya soledad sobreviene el recuerdo y otras de esos momentos con esa media naranja que la enredadora memoria tiene a bien aflorar.

Como buena balada con gancho pop, la intensidad va hacia arriba con los segundos, con la efectiva subida de tono en las repeticiones finales del estribillo apuntaladas por el pertinente solo de guitarra y la poderosa exhibición vocal de Rogers. Así se hace un hit a la vieja usanza. ∎