Canción del día / Back

Sisa

Innocents2000
Filósofo apacible, cantautor de otra dimensión. Foto: Alicia Aguilera
Filósofo apacible, cantautor de otra dimensión. Foto: Alicia Aguilera

El 20 de noviembre del año 2000 Jaume Sisa resucitó, discográficamente hablando. Después de tres lustros residiendo en Madrid ejerciendo como un cantante de boleros trasnochado bajo el nombre de Ricardo Solfa –una experiencia de la que se arrepintió, según confesión propia–, el cantautor galáctico volvía a su Barcelona natal con un nuevo CD bajo el brazo, “Visca la llibertat!”, que fue elegido mejor álbum nacional del año por Rockdelux junto con “En familia”, de Vainica Doble.

Como si no hubiera pasado el tiempo, el flamante álbum del autor de “Qualsevol nit pot sortir el sol” (1975) enlazaba perfectamente con su obra anterior. En el disco imperaban los aires de fiesta mayor añeja, de orquestina oxidada, de cabaret disonante, de surrealismo familiar y de cotidianeidad subversiva, todo ello pasado por el tamiz de un productor inusitado pero muy apropiado, el músico de la Cataluña septentrional Pascal Comelade, que aportó sus instrumentos de juguete y otras sutiles delicadezas. Además, Sisa, llamó a viejos compañeros del Grup de Folk (Pau Riba, Albert Batiste, Jordi Batiste y Oriol Tramvia), de Música Dispersa (Selene y Cachas), de sus primeros discos en solitario (Dolors Palau, Manel Joseph y Xavier Riba) y de su no menos recordada colaboración rockera con el grupo Melodrama (Dionís Olivé y Toni Olivé) –en su mayoría todos ellos participaron en calidad de coristas– para dar un aire de celebración generacional a la grabación.

No era fácil decidirse por una canción que por sí sola pudiera representar lo que supuso en general “Visca la llibertat!”. En un principio, lo lógico habría sido inclinarse por el tema que da título y cierra al disco, ya que su letra es un auténtico manifiesto, al tiempo que complementa la composición inicial, “Tornar a cantar”. Pero como que una pieza no se acaba de entender sin la otra, y tampoco son del todo representativas del estilo que domina el álbum, la balanza se ha decantado por una de las canciones que mejor define ese retorno de Sisa a sus orígenes: “Innocents”. En esta composición, el intérprete “resucitado” despliega su carpeta de personajes estrafalarios con un trasfondo cercano de vida de barrio para ponerlos a bailar al ritmo de una música que nos transporta al ambiente de los viejos entoldados de los años cincuenta con su sonido añejo, algo rancio, pero teñido de detalles –aportados por los cachibaches de Comelade– que lo convierten en un tema de plena actualidad, sobre todo cuando llega el estribillo, porque su contenido no es tan inocente como sugiere el título de la pieza. ∎

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