A$AP Rocky es uno de los artistas contemporáneos que más cuida el aspecto visual. Su videografía contiene piezas de impacto notorio, muy por encima de la media de sus compañeros de credo. Y he aquí la última demostración. Un clip que se adhiere al recuerdo en el primer contacto. Vania Heymann y Gal Muggia sirven el alucinante decorado visual para “Tailor Swif”. Trabajo filmado en diciembre de 2021 en Kiev, dos meses antes de la invasión rusa, y que ya se había filtrado meses atrás pero que ahora, por fin, asume su condición “oficial”.
Ni rastro de la megaestrella del pop, pero sí de una retahíla de escenas delirantes y momentos desternillantes que llevarse a la memoria. Los promotores de este caleidoscopio surrealista, el dúo Heymann-Muggia, ya habían dejado impreso su desbordante imaginación en otro gratificante videoclip para la banda Coldplay y repiten afinación creativa en esta galería de instantáneas hilarantes y alocadas. Un trayecto por calles y lugares de Kiev cimentado en lo extravagante. Cada frame viene marcado por lo inesperado: acciones y personajes demenciales que se cuelan por todos los puntos cardinales y que piden más de un visionado para captar la infinidad de detalles dispuestos a ritmo frenético. Como si “Amanece que no es poco” (José Luis Cuerda, 1989) se hubiera despertado en los universos cruzados de Emir Kusturica, Guy Ritchie, Roy Andersson y Charlie Kaufman en pleno viaje lisérgico. O como si la cantina de Mos Eisley en “La guerra de las galaxias” (George Lucas, 1977) se hubiera relocalizado en las calles de una antigua república soviética enloquecida por la ingesta masiva de hongos alucinógenos.
En la tropelía de disparates no faltan coches estrellados en edificios, hombres-perro, cocineros pasando granadas por la freidora, inodoros móviles que caen del cielo, delfines que asoman de un charco, mujeres con un centenar de pitis en la cabeza, bebedores de café en cisterna de baño público, perros que conducen coches de criminales del este. Y por ahí, intentando estar a la altura del descontrol, el propio rapero neoyorquino. Todo capturado por una cámara ondulante, en circuito 360º, para no perderse ningún personaje ni pequeña escena de esta demencial representación. Una a la que seguir recurriendo para encontrar nuevos hallazgos de su creatividad desbordante. ∎