La banda británica Glass Animals ha buscado con cierta regularidad un control creativo en sus representaciones visuales que fomente la escalada métrica por todas las redes sociales en que distribuyen su música. Con su última acción buscan relanzar “Take A Slice”, un tema que originalmente salió en 2016, incluido en su LP “How To Be A Human Being”.
Ahora la regurgitan para esta suerte de experimento azaroso diseñado por Dave Bayley y Drew MacFarlane que convalida como tomadura de pelo y como artefacto volátil, y que refleja la fatiga cultural asociada a los actos de consumo inanes en plataformas como YouTube u otras. O, como mínimo, esa es la carga crítica que intenta anexionar a este experimento de vídeos cambiantes configurados a través de retales aleatorios de la inabarcable videoteca del gigante de Silicon Valley. Algo así como una narrativa de lo inesperado que se aloja en las profundidades del archivo de YouTube. Desde las celebrities de turno a fragmentos de fenómenos culturales populares, videos tutoriales, selfis de anónimos e influencers o cualquiera de esa tipología de expresiones visuales que ahí se alojan.
La particularidad es que cada videoclip es único, aseguran que cada reproducción genera un nuevo clip, lo que convierte sus visionados extractivos y aleatorios en experiencias efímeras, desechables y de un solo registro personal. A la vez, estos montajes recopilan imágenes sin rima –a no ser que se dé algún accidente azaroso-milagroso– con la banda o con la letra de la canción, tal y como aclara un disclaimer al inicio. Esta suerte de cut-up de Burroughs aplicado a la malla meta-algorítmica no es algo excepcional, pero sí lo suficientemente inusual como para despertar la curiosidad.
Eso sí, tras completar dos experiencias de visionado totalmente distintas, resulta difícil no pensar que el asunto termine contribuyendo al sinsentido y a ese ruido, sin narrativa ni propósito, que define buena parte del consumo audiovisual de plataformas y que, supuestamente, esta pieza pone sobre la picota. ∎