“Hablemos de Patricia Fernández”, te digo yo. “¿De qué Patricia Fernández?”, me respondes tú. Y aquí es cuando se complica la cosa. Porque resulta que, en los últimos días, la influencer Patricia Fernández ha denunciado que la influencer Patricia Fernández ha asistido en calidad de divulgadora de Derechos Humanos a un acto celebrado por la Casa Real en conmemoración del 40º aniversario del tratado de adhesión de España a la Unión Europea. ¿Te parece un galimatías? A los medios también, y por eso se han marcado titulares tan tremendos como “La ‘influencer’ Patricia Fernández denuncia que la ‘influencer’ Patricia Fernández ha ido a un acto de Casa Real por ella”.
El entuerto viene de que la influencer denunciadora se especializa en contenido sobre la Unión Europea, mientras que la influencer denunciada se dedica más bien a colgar contenido sobre lifestyle y decoración. Las dos se llaman igual y, como diría Rocío Jurado, “es lo mismo, pero no es lo mismo”. Lo mejor de todo es que, al comunicado de la primera Patricia Fernández le ha seguido otro comunicado de la segunda Patricia Fernández afirmando que “lo de los derechos humanos yo lo hago fenomenal porque no me meto con nadie, respeto a todo el mundo, no incitar al ‘bullying’, no destrozar la imagen de una persona, no insultar… Todo ese tipo de cosas también tienen que ver mucho con los derechos humanos”. Oro puro. Y, cuidado, porque en redes ya han destapado que existe una tercera Patricia Fernández que pertenece al cuerpo de baile del Ballet Nacional, lo que todos esperamos que proporcione futuros y jugosos entuertos.
Por ahora, llevamos unos días de gozarlo al máximo con bromas a costa de Patricia Fernández (cualquiera de ellas) del nivel de la referencia a “Fama” en “Ahora todas queréis ser Patricia Fernández, pero ser Patricia Fernández cuesta, y aquí es donde vais a empezar a pagar, con sudor” o del homenaje a BoJack Horseman que va implícito en la afirmación “Patricia Fernández son tres Patricias Fernández en una gabardina una encima de otra”. Mientras unos afirman que “Feijóo no es Patricia Fernández porque no quiere”, otros reivindican que “Patricia Fernández Lives Matter”. Aunque la mayor fantasía es imaginar que, si siguiera existiendo la ‘Super Pop’, su portada de esta semana sería “Y tú, ¿qué Patricia Fernández eres hoy?”.
También han proliferado los memes tirando de cine, empezando por Íñigo Montoya de “La princesa prometida” espetando “Me llamo Patricia Fernández. Tú usurpaste mi puesto en la audiencia de la Casa Real. Prepárate a morir” y acabando por solidaridades del tipo #somostodos como las de “Espartaco”, “Matrix” o “El club de los poetas muertos”. Al entrar en el terreno meme, obvio que nos encontramos con clásicos como la abuela replicante o menos clásicos pero igualmente infalibles como “Muzzy”.
Desde su ascenso meteórico con “Espresso”, existe cierto debate alrededor de la figura de Sabrina Carpenter. Muchos se preguntan si la hipersexualización de su imagen, descaradamente dirigida a la mirada masculina heterosexual más clásica, va en serio o es irónica. ¿Está plegándose a la male gaze de forma deliberada y sumisa? ¿O está tirando de discurso feminista para controlar la propia sexualización de su imagen en sus propios términos? La misma artista ha evitado pronunciarse al respecto, pero eso no quita que absolutamente todo el mundo dé su opinión en internet.
Sea como sea, el debate se ha avivado particularmente en los últimos días. Porque, en su amplia tradición de protagonizar sesiones de fotografías de alto voltaje sensual, Carpenter posó para un shooting en ‘W Magazine’ que muchos intentaron justificar como un homenaje cultureta a “Lolita” de Kubrick. A lo que Sabrina respondió: “Nunca he visto esa película. Nunca ha estado en mi ‘mood board’ y nunca lo estará”. Poco después, la artista desembarcó en la ‘Rolling Stone’ y, esta vez, a las fotos subidas de tono le acompañaron declaraciones incendiarias. Por no decir que su portada ha roto internet e incluso alguna pareja que otra.
¿Podía escalar más todavía la temperatura en el termómetro de Sabrina Carpenter? Al parecer, sí. Porque entonces la tía hizo pública la portada de su próximo disco, “Man’s Best Friend”, en la que aparece a cuatro patas siendo tironeada del pelo como si este fuera la correa del “mejor amigo del hombre”… y aquí es cuando las redes sociales empezaron a tener dudas.
Dudas que, de nuevo, no podrían resbalarle más a la tía porque parece bastante segura de que, en general, esto no se va a tomar como una referencia a un lugar común del porno de todas les épocas, sino que se va a tomar más bien como una declaración de intenciones en la que Carpenter deja claro que su música no es para niños.
Y, mientras algunos ya han empezado a cachondearse de la portada de marras, lo que prima más bien es todo lo que se condensa en este mensaje privado que un fan le envió a Carpenter en Instagram: “Sabrina, por favor, lanza el disco mañana. No puedo soportar dos meses de conversación sobre si eres feminista o no. Te amo mucho, pero la gente es muy pesada. Por favor”. Ojalá le haga caso. Porque realmente la gente es muy pesada. ∎