Sabrina abre un nuevo debate.
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Haciendo scroll

La camiseta apestosa del fan de Doja Cat, Patricia Fernández somos todos, y Sabrina Carpenter superfeminista

Voy a ser completamente honesto: en el momento en que me siento delante del ordenador para escribir este texto, mi humor está conformado por un sorprendente total de cero unidades de ganas de ser gracioso y hacer la payasa (es decir: mi estado natural). Hay que sumar el calor extremo, el típico pico de curro de final de trimestre, la proximidad de unas vacaciones que parece que no llegan nunca y, sobre todo, por encima de todas las cosas, que este fin de semana estuve en el Sónar.

No subrayo esto último porque sea viejo. Que sí. Ni porque los festivales ya me extenúen físicamente. Que también. Lo subrayo porque la “Guitarra coral” de Yerai Cortés en el sábado de Sónar me dejó realmente tocado a nivel anímico y todavía no me he recuperado. Fue una de esas extrañas actuaciones que te remueven por dentro y, de una forma u otra, te transforman al hacer vibrar en tu interior ciertas cuerdas anímicas poco habituales. Porque, como no paro de repetirle a cualquiera que se me pone por delante en estos días, Cortés no toca la guitarra: la hace llorar. Y yo puede que siempre esté aquí por las jajás, pero también soy una persona altamente polidramática y… Pero, oye, espera un segundo, ¿qué carajo hago hablando de mis polidramas en el Haciendo Scroll?

Solo quería mencionarlo porque, en serio, no tenía el chichi para farolillos y no me apetecía ni reírme de una que sí que es una payasa natural: Ayuso afirmando categóricamente que en Madrid la gente llama Burrikín al Burger King. No me animaba pensando en quien quiera que le aconsejara decir semejante estupidez ni contemplando las reacciones en redes sociales. Ni el bautizo de Murder Queen me hacía levantar cabeza… 

Ayuso se puso Burrikín.<a href="https://bsky.app/profile/jedirepublicano.bsky.social/post/3lrv5glelwk2p" target="_blank"> Ver post </a>
Ayuso se puso Burrikín. Ver post
Hasta que vino Doja Cat a salvar mi semana declarándole la guerra a un fan.

La camiseta apestosa del fan de Doja Cat

Porque, al final de todo, lo único que necesita una persona sencilla como yo para volver a las andadas son las cositas simples de la vida. Cositas simples como que, de repente, se viralice un vídeo que un chaval publicó a la salida de un concierto de su ídola bajo el título de “When Doja Cat likes your shirt, you give her your shirt” (“Cuando a Doja Cat le gusta tu camiseta, le das tu camiseta”). En el clip en cuestión, se puede observar cómo el chaval intercepta a la diva por la calle tras su actuación, se quita su propia camiseta (créeme cuando te digo que es una camiseta que puto huele desde aquí) y se la regala entre risas para, como colofón, abrazarla, besarla y mangonearla.

El clip en cuestión de Doja y la camiseta de marras.<a href="https://bsky.app/profile/popbrains.bsky.social/post/3lqzzzr27i22y" target="_blank"> Ver post </a>
El clip en cuestión de Doja y la camiseta de marras. Ver post
Pero ahora llega lo bueno. Porque internet no sería internet si no sirviera para dos cosas: 1. Permitir que las personas implicadas en un viral lo intenten resignificar dando su versión de los hechos, y 2. Sobreanalizar cualquier chorrada para amplificarla hasta el infinito y más allá. Total, que la viralización de este video debió tocarle el conio a Doja Cat hasta el punto de dejar caer este mensaje: “Que te sonría no significa que quiera follar contigo. Y no me toques ni me manosees cuando ni me conoces. El que sabe, sabe. Honestamente, creo que debería haber salido en mi propia defensa en ese momento. Además, el tío no sabe ni mi nombre para ir tocándome y besándome en la cara. Es de locos”. Llegados a este punto, me chifla imaginarme a Doja en su sofá con una bolsa de Risketos pensando: “¿He sido suficientemente clara?”. Y respondiéndose a ella misma: “¡Qué coño, no lo he sido!”. Así que a continuación vuelve a Twitter / X para dejar caer otro mensaje: “Por cierto, tiré esa camiseta apestosa a la basura”. Como suele decirse: para esto pago el internet.

“Por cierto, tiré esa camiseta apestosa a la basura”.
“Por cierto, tiré esa camiseta apestosa a la basura”.
También es cierto que, visto todo el tinglado que se ha montado, el fan (que en verdad resulta que no era tan fan) no solo ha decidido dar su propia versión de los hechos, sino que incluso se ha venido arribísima y está intentando sacar tajada del dramón de las camisetas. A lo que ha seguido la típica Guerra Mundial Virtual en la que las redes sociales se han posicionado a favor o en contra de Doja Cat… Hay quien dice que “qué estúpida” la Doja Cat, “si encima en el vídeo se le van los ojos a Cuenca todo el rato 👹. Aunque la mayoría defiende que, cuando te hacen semejante encerrona y además te están grabando, es normal que no sepas muy bien cómo reaccionar y que, de hecho, reacciones tarde y mal.

Así que, otra vez, la partida queda en tablas. En mi caso, reconozco que no dejo de fantasear con Doja Cat olisqueando la camiseta del fan de casa intentando hacer ver que no pasa nada pero teniendo tremendas arcadas de forma muy similar a este clasicazo viral que yo mismo posteé en Bluesky porque nadie parecía estar dispuesto a hacerlo. Porque, además, tampoco quería meterme demasiado en el tema a sabiendas de que al final la batalla se convertiría en “ya estáis los maricas intentando meteros en los asuntos de las mujeres”. Y así fue.

“Ya estáis los maricas intentando meteros en los asuntos de las mujeres”.
“Ya estáis los maricas intentando meteros en los asuntos de las mujeres”.

Patricia Fernández somos todos

“Hablemos de Patricia Fernández”, te digo yo. “¿De qué Patricia Fernández?”, me respondes tú. Y aquí es cuando se complica la cosa. Porque resulta que, en los últimos días, la influencer Patricia Fernández ha denunciado que la influencer Patricia Fernández ha asistido en calidad de divulgadora de Derechos Humanos a un acto celebrado por la Casa Real en conmemoración del 40º aniversario del tratado de adhesión de España a la Unión Europea. ¿Te parece un galimatías? A los medios también, y por eso se han marcado titulares tan tremendos como “La ‘influencer’ Patricia Fernández denuncia que la ‘influencer’ Patricia Fernández ha ido a un acto de Casa Real por ella”.

El entuerto viene de que la influencer denunciadora se especializa en contenido sobre la Unión Europea, mientras que la influencer denunciada se dedica más bien a colgar contenido sobre lifestyle y decoración. Las dos se llaman igual y, como diría Rocío Jurado, “es lo mismo, pero no es lo mismo”. Lo mejor de todo es que, al comunicado de la primera Patricia Fernández le ha seguido otro comunicado de la segunda Patricia Fernández afirmando que “lo de los derechos humanos yo lo hago fenomenal porque no me meto con nadie, respeto a todo el mundo, no incitar al ‘bullying’, no destrozar la imagen de una persona, no insultar… Todo ese tipo de cosas también tienen que ver mucho con los derechos humanos”. Oro puro. Y, cuidado, porque en redes ya han destapado que existe una tercera Patricia Fernández que pertenece al cuerpo de baile del Ballet Nacional, lo que todos esperamos que proporcione futuros y jugosos entuertos.

La primera y la segunda Patricia Fernández.
La primera y la segunda Patricia Fernández.

Por ahora, llevamos unos días de gozarlo al máximo con bromas a costa de Patricia Fernández (cualquiera de ellas) del nivel de la referencia a “Fama” en “Ahora todas queréis ser Patricia Fernández, pero ser Patricia Fernández cuesta, y aquí es donde vais a empezar a pagar, con sudor” o del homenaje a BoJack Horseman que va implícito en la afirmación “Patricia Fernández son tres Patricias Fernández en una gabardina una encima de otra”. Mientras unos afirman que “Feijóo no es Patricia Fernández porque no quiere”, otros reivindican que “Patricia Fernández Lives Matter”. Aunque la mayor fantasía es imaginar que, si siguiera existiendo la ‘Super Pop’, su portada de esta semana sería “Y tú, ¿qué Patricia Fernández eres hoy?”.

También han proliferado los memes tirando de cine, empezando por Íñigo Montoya de “La princesa prometida” espetando “Me llamo Patricia Fernández. Tú usurpaste mi puesto en la audiencia de la Casa Real. Prepárate a morir” y acabando por solidaridades del tipo #somostodos como las de “Espartaco”, “Matrix” o “El club de los poetas muertos”. Al entrar en el terreno meme, obvio que nos encontramos con clásicos como la abuela replicante o menos clásicos pero igualmente infalibles como “Muzzy”.

La abuela replicante.<a href="https://bsky.app/profile/donvidelamancha.bsky.social/post/3lrt5uqhdn22r" target="_blank"> Ver post </a>
La abuela replicante. Ver post
Se han usado gatetes para recrear la confusión de la Casa Real y se ha citado la mítica frase de Buika en ‘Operación Triunfo’. Y no hay duda de que este Patriciaverso está perfectamente representado tanto en los Spider-Man del multiverso de la locura como Homer Simpson en el bar de lesbianas. Aunque el meme con el que no puedo parar de reírme a carcajada limpia cada vez que lo veo es este y solo este.

Sabrina Carpenter superfeminista

Desde su ascenso meteórico con “Espresso”, existe cierto debate alrededor de la figura de Sabrina Carpenter. Muchos se preguntan si la hipersexualización de su imagen, descaradamente dirigida a la mirada masculina heterosexual más clásica, va en serio o es irónica. ¿Está plegándose a la male gaze de forma deliberada y sumisa? ¿O está tirando de discurso feminista para controlar la propia sexualización de su imagen en sus propios términos? La misma artista ha evitado pronunciarse al respecto, pero eso no quita que absolutamente todo el mundo dé su opinión en internet.

Sea como sea, el debate se ha avivado particularmente en los últimos días. Porque, en su amplia tradición de protagonizar sesiones de fotografías de alto voltaje sensual, Carpenter posó para un shooting en ‘W Magazine’ que muchos intentaron justificar como un homenaje cultureta a “Lolita” de Kubrick. A lo que Sabrina respondió: “Nunca he visto esa película. Nunca ha estado en mi ‘mood board’ y nunca lo estará”. Poco después, la artista desembarcó en la ‘Rolling Stone’ y, esta vez, a las fotos subidas de tono le acompañaron declaraciones incendiarias. Por no decir que su portada ha roto internet e incluso alguna pareja que otra.

Rompiendo alguna pareja que otra. <a href="https://bsky.app/profile/popcrave.com/post/3lrgymrjifk2o" target="_blank"> Ver post </a>
Rompiendo alguna pareja que otra. Ver post

¿Podía escalar más todavía la temperatura en el termómetro de Sabrina Carpenter? Al parecer, sí. Porque entonces la tía hizo pública la portada de su próximo disco, “Man’s Best Friend”, en la que aparece a cuatro patas siendo tironeada del pelo como si este fuera la correa del “mejor amigo del hombre”… y aquí es cuando las redes sociales empezaron a tener dudas. 

La portada de su próximo disco: “Man’s Best Friend”.
La portada de su próximo disco: “Man’s Best Friend”.

Dudas que, de nuevo, no podrían resbalarle más a la tía porque parece bastante segura de que, en general, esto no se va a tomar como una referencia a un lugar común del porno de todas les épocas, sino que se va a tomar más bien como una declaración de intenciones en la que Carpenter deja claro que su música no es para niños.

Y, mientras algunos ya han empezado a cachondearse de la portada de marras, lo que prima más bien es todo lo que se condensa en este mensaje privado que un fan le envió a Carpenter en Instagram: “Sabrina, por favor, lanza el disco mañana. No puedo soportar dos meses de conversación sobre si eres feminista o no. Te amo mucho, pero la gente es muy pesada. Por favor”. Ojalá le haga caso. Porque realmente la gente es muy pesada. ∎

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