Igorrr

Hace cinco años, el estudio MEATDEPT. nos dejaba patidifusos con el clip de “Very Noise”, un artefacto 3D desquiciado y esquizoide al servicio del francés Gautier Serre, Igorrr, que quedó encumbrado entre los mejores clips de aquella cosecha. Regresa el mismo binomio para lanzar ahora el videoclip de “ADHD”, tema que el estudio parisino busca propulsar con otro enganche visual descabellado, aunque igualmente magnético.

El sueño de la IA genera alucinaciones, y los responsables de este cortocircuito visual lo llevan a su terreno. Entre la incomodidad, lo desternillante y lo ridículo, MEATDEPT. pide disculpas en el propio texto que acompaña la descripción del vídeo por haber sido abducidos por la IA en la gestación de este delirio hipnótico. En realidad, el clip está hecho mediante la combinación de varias herramientas de generación de vídeo artificial y técnicas en 3D que son las que siempre han defendido. Y pese a esa contradicción contraproducente para su propios intereses, MEATDEPT. asume que se dejó llevar por la IA viendo los resultados tan alucinados que ofrecía. Porque la inteligencia artificial sigue, por el momento, golpeando retinas gracias a esa navegación por la deformidad y lo amorfo, lo impensable, la extrañeza y el desconcierto, en definitiva, el feliz accidente. Y si bien el esfuerzo, o buena medida de este, se reduce a prompts donde Jacques Tati, “¿Teléfono rojo?… volamos hacia Moscú” (Stanley Kubrick, 1964)”, “Mars Attacks!” (Tim Burton, 1996), estética años cincuenta o incluso Bruno Dumont hayan sido probablemente invocados, al menos todo ese shock visual que genera la IA, normalmente inane tras la adaptación, lo canalizan aquí hacia una capa ligeramente crítica. Elucubraciones visuales que apuntan al desarrollismo militar, líderes anormales (con abundancia de militares) y todo ese desfile de cerebros en todas las posiciones ridículas y usos pensables, hasta en plan nave espacial.

Mientras sigue el debate encendido sobre la ética del uso de la inteligencia artificial para el arte o piezas creativas, cabe pensar si esto está minando el surgimiento de un nuevo Chris Cunningham... ¿O el inglés abrazaría la IA sin remilgos? ∎