El rapero más incontestable del panorama musical de este siglo está de vuelta. Kendrick Lamar sorprendió a propios y extraños el pasado viernes con la incorporación de un nuevo álbum a su inmaculado currículum. Ese “GNX” (2024) que Anton Casas analizó con minuciosidad para Rockdelux. Algunas lenguas critican la falta de storytelling, algo que desmiente el propio Lamar con todas las reverberaciones de este inesperado regreso. La última de estas en formato videoclip para “squabble up”. Un trabajo dirigido por Calmatic en el que honra a héroes musicales, la vida de barrio en Compton y toda la mitología californiana a la que ayuda a alimentar con cada nuevo golpe artístico.
Conceptualmente el clip se reduce a un plano fijo simétrico. Como una representación teatral de un solo escenario. Un salón con múltiples viñetas, eso sí, y de foco dividido (del plano general a uno más corto) entre todas las acciones que conviven en el reducido espacio. Todas estas comparten la escenificación de la vida en la calle, la celebración de la cultura negra y esa mitología californiana alimentada desde muchos frentes, incluyendo la parcela en la que Lamar reina. Reivindicación de las raíces, plagada de mensajes sutiles y de otros tantos explícitos. Los héroes musicales: Isaac Hayes, Nate Dogg o Ice T. También los símbolos visuales (incluyendo cartelería y signos viales) de su universo de Compton. Hay espacio para los bailes callejeros, peleas, robos y ornamentaciones a los caídos por la violencia y las drogas, los lowriders, las insignias de las bandas callejeras y el orgullo de barrio. También hay gratitud para portadas míticas de la música negra y sus impulsores, como la del “Black Moses” (1971) de Isaac Hayes, “Power” (1988) de Ice T o “In A Major Way” (1995) de E-40. Así como a otros referentes de la cultura negra: la película “Menace II Society” (The Hughes Brothers, 1993), por ejemplo. Al versado en el universo rap y buen conocedor de la cultura de la Costa Oeste le aguarda un desfile de easter eggs. Un pedazo de la cultura de la Costa Oeste encapsulada en una pieza que no llega a los tres minutos.
De nuevo Lamar, como ya hiciera en su anterior clip de “Not Like Us”, propulsa una representación conceptualmente sencilla hacia otros límites, esos donde confluyen la crítica social, el avispero visual y la (auto)referencialidad. Nuevo material icónico, vaya, sin necesidad de alardes técnicos ni masa presupuestaria. ∎