Chile se expone.
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Primavera Pro 2021

Los talentos chilenos que estarán presentes en Primavera Pro 2021

Como siempre, en Primavera Pro estará presente la riqueza musical de muchos países. Y este año la programación de artistas chilenos es estilísticamente variada, aunque es posible hallar un hilo conductor entre ellos: la curiosidad hambrienta con la que llevan sus carreras. Por un lado está el músico y productor Oddó, quien ha hecho suyas las guitarras, el electropop y luego el dembow y el reguetón, muy lejos de un ejercicio de estilo. La Ciencia Simple, una inquieta banda de post-rock que jamás se copiará a ella misma, e I.O., la identidad artística de Isidora O’Ryan, quien en plena pandemia publicó un debut muy estimulante desde la experimentación y con un pie en el abismo del pop.

Todos los showcases internacionales podrán seguirse en un live streaming abierto en la plataforma de Primavera Pro 2021, y luego serán accesibles en diferido únicamente para las personas que posean una acreditación para el encuentro internacional del sector musical organizado por Primavera Sound. La programación de conferencias y conciertos puede consultarse en la web del evento.

La Ciencia Simple

Post y math rock sin prisa ni pausa.
Post y math rock sin prisa ni pausa.

Esta banda chilena de post y math rock pareciera construir sus melodías tal y como contribuye a la escena a la que pertenece. Sin prisa pero sin pausa, con la precisión que se esperaría de quien construye una casa, va añadiendo complejidad y profundidad a través de los ritmos y las capas atmosféricas. Un cobijo. Debutaron en 2014 dentro de la escena independiente local con “Hacia el mar” (Sudamerican, 2015) y desde ese instante su misión artística no ha podido dejar de lado la cara del prisma más colectivo, pues ha sido una de las agrupaciones del género –junto a su sello LeRockPsicophonique– que más ha contribuido a crear espacios para seguir. Pero el ímpetu no acaba ahí; son músicos inquietos que también han explorado en otras tierras, creando redes por Argentina, México y Europa. 

Y si de inquietudes se trata, sus piezas, que son verdaderas habitaciones, cada una diferente a la otra, juegan también con artes como el cine y la danza; hace poco, en medio de la pandemia, estrenaron “Transiente”, el registro de un encuentro musical en medio de una casa en ruinas, donde el pasado y el presente se unen, donde a la incertidumbre se la pone en pausa. La Ciencia Simple ha editado tres álbumes de estudio –a “Hacia el mar” debemos sumar “II III V” (LeRockPsicophonique, 2016) y “III V VI” (LeRockPsicophonique, 2018)–, pero parece que estuvo presente toda la vida.

I.O.

 Isidora O’Ryan, al borde del pop.
Isidora O’Ryan, al borde del pop.

La exploración musical puede ser infinita si es lo que una artista se propone. Ese es el caso de Isidora O’Ryan, una cantante y compositora chilena que, bien arrimada al chelo, pasó de los ensembles, conjuntos de cámara y la improvisación libre al folk melancólico e invernal en la banda Los Tristes, junto a sus hermanos, con quienes publicó su debut homónimo en 2017. Este es, probablemente, un punto de no retorno. Tras esta experiencia, comienza a componer canciones en las que el chelo se acompaña de sintetizadores, en piezas que se encuentran siempre al borde del pop, pero nunca terminan de acomodarse allí. 

En marzo del 2020 publica “Ciénaga” (11:11), un disco que borra cualquier límite –si es que realmente lo hay– entre lo clásico y lo futuro. Con este trabajo, I.O. se configura como una de las artistas más cautivadoras en medio de un año extraordinario, confirmándolo en diciembre con la salida de “Ciénaga Remix” (11:11), en el que invita a diez productores a estirar los límites de sus propias composiciones. Como si ello fuese posible.

Oddó

 Sonido heredero y contemporáneo del pop electrónico.
Sonido heredero y contemporáneo del pop electrónico.

En 2014, antes de que el reguetón fuese considerado un estándar del pop latino, Oddó tocaba en sus conciertos una versión de “La pregunta” de J Álvarez. Este dato podría no decir mucho más que consignar parte de su gusto musical, pero se torna más revelador si ponemos un poco de contexto: sucedió en un momento en Oddó representaba algo muy indie para la escena reguetonera y, a la vez, algo muy reguetonero para los indies. Eran años en los que en Chile esos mundos todavía no habían colisionado. Así, encontramos a un artista curioso, que empezó a foguearse en 2005, con tan solo 17 años, como bajista de la banda de rock Alamedas y, en años posteriores, en paralelo a su proyecto solista, colaborando con otros artistas como Francisca Valenzuela, Denise Rosenthal y Fernando Milagros.

Es en 2009 cuando podemos escuchar su debut, “Déjame dormir” (autoeditado, 2010), en el que viró hacia un sonido más pop, y luego en 2013 dio el salto a un sonido heredero y a la vez contemporáneo del pop electrónico que se venía produciendo en Chile durante la primera década de este nuevo siglo, con “Démonos el tiempo” (autoeditado). 

Con cada nuevo disco –“Mala suerte” (autoeditado, 2017) y “Trampas” (América Media, 2020)–, Oddó ahonda en una idea que ha compartido en algunas entrevistas en medios locales, que lo convierte en uno de los cantantes, compositores y productores más interesantes en la actualidad en Chile. ∎

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