La periodista y editora estadounidense Annie Zaleski no para. Este verano se publicará su biografía “Pink: Raise Your Glass” sobre la cantante de Pensilvania, mientras ultima otro volumen de título más que apetecible –“Why The B-52’s Matter”– para la división editorial de la Universidad de Texas. Nada que deba sorprendernos, porque su firma lleva años apareciendo en los principales medios anglosajones de cultura pop –con un amplio arco de enfoques: de ‘Billboard’ a ‘The Guardian’, pasando por ‘Rolling Stone’ o ‘Stereogum’– y ya tiene otros títulos en su haber. Es el caso del monográfico sobre “Rio” (1982), de Duran Duran, que publicó en la apreciada colección de monografías disqueras 33 ⅓ de la editorial Bloomsbury hace un par de años. O de este “Lady Gaga. Aplauso” (“Lady Gaga. Applause”, 2022), que Blume edita ahora en castellano.
Zaleski escribe aquí con transparente espíritu de fan pero sin descuidar el rigor periodístico ni despistarse cuando toca aportar datos. Aunque ha seguido la carrera de Lady Gaga desde sus inicios nunca ha podido entrevistarla, hecho que no impide darle voz a lo largo de estas doscientas y pico páginas de formato A4. Para fortalecer el cuerpo documental de su trabajo, recurre al archivo de diversas publicaciones e inserta declaraciones de la protagonista de manera generosa. No hay piruetas formales en su narración, que desarrolla cronológicamente con una prosa clara y sincera en la que permea su devoción hacia la estrella neoyorquina. Como es lógico, el enfoque de la autora va más allá de los pentagramas y se detiene de forma prolija en la faceta audiovisual del universo Gaga, en sus abundantes conexiones con el mundo de la moda y en el desbordante sentido del espectáculo con que ha abordado sus diversas puestas en escena.
Como buena Little Monster que es, así se denomina a los seguidores de la polifacética cantante y actriz, Zelenski ha escrito un libro para fans, maquetado con buen criterio e ilustrado por un imponente despliegue de imágenes que complementa y amplía el relato biográfico de la periodista en cada segmento del mismo. Estamos, pues, ante un estiloso coffee table book que da gusto ver y se deja leer con agrado. No tiene pretensiones ensayísticas ni destaca por su vocación crítica, pero esgrime un discurso bien estructurado –y mejor presentado– que también puede propiciar aproximaciones más profundas a la obra de Lady Gaga. ∎