Libro

David Remnick

Sostener la nota. Perfiles de música popularDebate, 2024

Al fin un ensayo diferente, divertido y esclarecedor, profusamente documentado. El director de la revista ‘The New Yorker’ habla con músicos, compositores e intérpretes referenciales con cuyas canciones ha crecido. Pocas veces el rock, el pop, el blues, el jazz, el góspel y el canto lírico han sido observados con tanta humanidad, erudición y respeto para, así, encandilar al lector.

David Remnick (Nueva Jersey, 1958) escoge once luminarias para realizar unos perfiles detallados, exuberantes de datos que no abruman, cosa que demuestra su profundo conocimiento de la música norteamericana de la segunda mitad del siglo XX. “Sostener la nota. Perfiles de música popular” (“Holding The Note. Profiles In Popular Music”, 2023; Debate, 2024; traducción Juan Rabasseda Gascón y Teófilo de Lozoya) encapsula los hechos como si de una colección de relatos cortos se tratase. Los textos, publicados en la mencionada revista entre 2008 y 2022, han sido condensados en favor de la coherencia.

El autor que ganó el premio Pulitzer en 1994 por “La tumba de Lenin. Los últimos días del imperio soviético” (1993) hace acopio de talento, tiempo y abundancia de recursos. Todo ello se refleja en estos notables –muchos, magníficos– perfiles de Leonard Cohen, Aretha Franklin, Buddy Guy, Keith Richards, Paul McCartney, Mavis Staples, el radiofonista de jazz Phil Schaap, Bruce Springsteen, Luciano Pavarotti, Bob Dylan y Patti Smith. Como se puede apreciar, la mayoría tiene vinculaciones neoyorquinas evidentes.

En el prólogo, Remnick admite que escribió sobre ellos después de sus cimas interpretativas. No obstante, algunos de ellos todavía siguen llenando estadios. El periodista resuelve con criterio la contradicción. El nexo de unión es el deseo de sostener la nota”, con la salvedad del cantante, compositor y guitarrista Buddy Guy, ya octogenario. El último grande del blues de Chicago, que alcanzó el reconocimiento popular rayando los 60 años, se muestra pesimista por la vigencia del género. En un contexto vital, coincide con Staples en recordar la segregación racial, la pobreza y la emigración padecidas décadas atrás.

“Sostener la nota. Perfiles de música popular” es una delicia de periodismo cultural con claros apuntes literarios, en la que coexisten distintos estilos como las memorias, la memoria misma del escritor, el relato corto, la poesía y la entrevista. Todo enmarcado en este ensayo como si fuesen once canciones de un elepé. Más ciertos apuntes políticos, en especial con Springsteen y Smith. Aunque lo conoce en profundidad, Remnick no habla con Dylan. “Desde fecha temprana parece que Dylan decidió que, si no podía dar sentido a su carrera, se aseguraría de que tampoco pudiera dárselo nada. No estaba dispuesto a ser artista y crítico a la vez”. En cambio, sí recoge sus opiniones sobre Cohen.

No se echa en falta la solemnidad, la épica ni las hipérboles en los retratos o entrevistas con estas personalidades. Ni los chismes. El respeto se acentúa con el cariño en el capítulo de Phil Schaap, un locutor fan acérrimo de Charlie Parker y genuino estudioso del jazz. Las descalificaciones son territorio del sospechoso habitual, Keith Richards. Su perfil arranca con motivo de su autobiografía “Vida” (2010). Sin olvidar el humor que ahuyenta el elogio supercalifragilísticoespialidoso que sería de esperar ante divismos sin freno. Ante ese tic, el autor aplica dosis de fina ironía. En otras palabras, el interés informativo es mantener en tierra a los dioses.

McCartney muestra una capacidad analítica y autocrítica poco frecuente en figuras de este calado. “McCartney me pareció encantador y astuto, un artista deseoso de agradar, pero decidido a aclarar la historia”. El periodista mantiene el equilibrio entre la erudición y la divulgación, dejando fuera de la narración un lenguaje ampuloso, característico de un relato más hueco que prolijo. Además, es hábil para conectar hilos temporales sin que la narración se resienta.

Según el escritor, el libro es “el resultado de mis primeros entusiasmos”. David Remnick, hijo de un dentista apasionado por el jazz, como buen observador de la música popular de su país, pone pasión, orden y contexto para firmar una obra subyugante. ∎

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