Édouard Louis

Una cita de Jean Genet de “Diario del ladrón” (1949) sirve de pórtico al nuevo capítulo del proyecto autobiográfico de Édouard Louis (Hallencourt, 1992), iniciado en 2014 con “Para acabar con Eddy Bellegueule” (Salamandra, 2015).

En “Cambiar: método” (“Changer: méthode”, 2021; Salamandra, 2023) asistimos al proceso de “desclasamiento” que llevó a Eddy a transmutarse en Édouard Louis narrado al detalle en dos prólogos, cuatro partes y un epílogo.

Nacido en el norte francés, criado en una familia de pobreza extrema, casi analfabeta, racista y homófoba, Louis –que desde muy pequeño sintió las pulsaciones de su diferencia y su deseo homosexual– sabe que su única posibilidad de sobrevivir es escapar del mundo cerrado y sin esperanzas en el que vino al mundo. Y lo hace por medio de la educación y de sus esfuerzos por entrar en una “normalidad” que lo lleva a modificar su aspecto, sus gestos, incluso su voz.

En la primera parte se dirige a su padre (a quien dedicó el desgarrador “Quién mató a mi padre”, 2018; Salamandra, 2019) y detalla el inicio de su huida cuando consigue estudiar en Amiens y conoce a Elena, pórtico de entrada a un mundo ignoto para él (educación, cultura) en el que empieza a ver las primeras luces de su salvación.

Su crucial encuentro con el filósofo Didier Eribon (a quien conoce casualmente en una conferencia) es el eje de la segunda parte. Eribon se convierte en un modelo a seguir y Louis, obsesionado, se concentra en los estudios y en su afán por trasladarse a París, tierra prometida en la que imagina que hallará las claves para enterrar definitivamente su pasado.

Alternando la primera y la tercera persona, la literatura confesional del francés es como una herida abierta que nos enseña el dolor por la traición a su clase social y la asunción plena de su sexualidad, un viaje –de la Francia rural a los salones más distinguidos de la élite gala, pasando por su matriculación en la exclusiva Escuela Normal Superior– en el que se va dejando la piel para finalmente descubrir que las raíces de su origen lo acompañarán siempre en su autopista de la vida.

Como en anteriores entregas (no se pierdan el volumen que dedicó a su madre en 2021: “Lucha y metamorfosis de una mujer”; Salamandra, 2022), no hay condescendencia en estas páginas y sí mucha rabia por las desigualdades sociales y políticas que condenan a los menos favorecidos a perpetuar el círculo vicioso de la ignorancia, el no future y la pobreza. Eddy/Édouard logró saltar lo que parecía un muro infranqueable y sus libros y su mutación son su brutal y necesaria venganza. ∎