Libro

Ferran Riera Vives

La collita del Tradicionàrius. Història i transcendència d’un festival folkPagès, 2022

El autor es una de las voces más reconocidas en la divulgación de la música folk catalana, pues ha dedicado buena parte de su vida profesional –como periodista y guionista en diversos medios y también como escritor– a explicar el devenir de una tradición musical tan arraigada. Un vasto patrimonio inmaterial que, en muchos casos, ha pervivido gracias a la transmisión oral. Esa memoria recoge cancioneros y bailes, sin olvidar los viejos y nuevos instrumentos ni el acercamiento a otros géneros, así como esas citas indispensables que son los festivales.

Consciente de todo ello, Ferran Riera Vives (Barcelona, 1957) desgrana con tino la génesis y la cosecha (la collita) del festival Tradicionàrius, nacido en 1988, y añade el subtítulo “Història i transcendència d’un festival folk” para explicar –a través de la hermenéutica de la muestra– cómo el certamen barcelonés es el elemento cohesionador del folclore catalán.

La iniciativa de la muestra surgió del Centre Cívic Artesà de Gràcia, que tiene unos antecedentes asociativos y culturales que se remontan a 1856, cuando era una cooperativa obrera. Con la democracia deviene en asociación de vecinos con fines de carácter cultural público. Por último, en 1993, pasa a denominarse Centre Artesà Tradicionàrius, más conocido como CAT.

El libro se divide en dos grandes áreas. La primera es un lujo para cualquier documentalista o interesado en la materia, pues Riera recoge el “quién es quién” de las ediciones celebradas hasta la actualidad. La segunda parte, más periodística, se centra en recoger una multiplicidad de voces a lo largo de casi cuatro décadas de existencia, y estos testimonios suponen un corolario que pone de manifiesto el éxito, las contradicciones y las dificultades de la gestión de la muestra. Al mismo tiempo, el autor certifica la cohesión por ese empeño constante del CAT en ser la casa abierta de los folcloristas. Así se entiende que el pasado enero reuniese al histórico Artur Blasco –recuperador del acordeón diatónico y el cancionero popular de los Pirineos– con un valor contrastado de las músicas de raíz actuales como el percusionista Arnau Obiols.

Jordi Fàbregas (1951-2021), el factótum de toda una escena: referente y divulgador.
Jordi Fàbregas (1951-2021), el factótum de toda una escena: referente y divulgador.

Riera fija un universo, el de Tradicionàrius, que extiende su marca por el territorio. A diferencia de otros ámbitos, las poblaciones alejadas del flujo metropolitano se sienten representadas y escuchadas en el festival. Encontramos ejemplos en el norte con la Trobada d’Acordeonistes d’Arsèguel y también en el sur con el Tradicionàrius de les Terres de l’Ebre, así como en el Rodafolk de Roda de Ter (Girona) o la Trobada de Música Tradicional de la Pobla de Segur (Lleida).

El folk catalán dispone de otras referencias, como la muestra profesional del sector de la cultura popular –la Fira Mediterrània de Manresa– que en octubre celebrará su 25ª edición. Y Càntut, proyecto nacido en 2012 con el fin de recuperar y difundir el patrimonio musical de transmisión oral de las comarcas de Girona, que agenda su festival en noviembre en Cassà de la Selva.

La figura determinante que conecta el centro y el festival con otras entidades culturales y musicales –que alcanzan a Valencia y las Islas Baleares para establecer alianzas en favor de la divulgación de la música tradicional en catalán, en sus diferentes voces y acentos– es el fallecido músico y gestor cultural del centro desde sus inicios, Jordi Fàbregas. Fue integrante del grupo El Pont d’Arcalís y poco antes de su deceso en 2021 traspasó la dirección a Carol Duran, gestora cultural y violinista, con años de vinculación al CAT.

Si el centro y el festival entendieron la bondad del bajo eléctrico como nuevo instrumento y el acercamiento al jazz y la contemporánea en lo musical –también la proximidad de la poesía y la canción de autor en la lírica–, ahora intuyen que es momento de abrir las puertas del folk a la electrónica. Así ocurre con Roger Andorrà, cuyo proyecto académico en música tradicional, Electrogralla, fue calificado por la ESMUC con Matrícula de Honor en 2019. Lleva su sello una de las canciones del año, “Toc de castells”, acompañada de un vídeo no menos contundente e incluida en el álbum “Empelt” (2022). Contemporáneo por folkie. Tradicional por moderno.

Ferran Riera usa la cohesión folk del Tradicionàrius para establecer que la música, como metáfora cultural, dispone de un sentido de pertenencia, engloba divergencias y nutre la memoria colectiva. El libro es el segundo volumen de la trilogía iniciada con “Inventari. La música folk als Països Catalans, del franquisme al Tradicionàrius (Pagès, 2019) y ayudará a comprender el devenir de las músicas de raíz de este lado del Mediterráneo. ∎

Etiquetas
Compartir

Contenidos relacionados