Ferran Sendra (Barcelona, 1958) es un veterano fotoperiodista que tiene una debilidad: retratar los sitios que de una u otra manera han jugado un papel más o menos destacado en la evolución de la música rock. De este modo ha elaborado un lujoso libro, “Lugares míticos del rock”, que se detiene en esos “300 escenarios que han hecho historia de Woodstock a Abbey Road” a los que alude el subtítulo.
El volumen, prologado por Jordi Bianciotto e Ignacio Julià, es un compendio de centenares de fotografías acompañadas de unos textos mínimos que marcan el camino, como una guía de viajes, a todos aquellos que se consideren mitómanos de alguna figura del pop-rock o de este estilo musical en general. Por este motivo está concebido como un itinerario que viaja por Europa hasta detenerse en Londres, y por Estados Unidos hasta llegar a Nueva York.
Evidentemente, hay una serie de nombres que se repiten mucho más que otros, ya que forman parte del olimpo del rock: The Beatles, The Rolling Stones, Queen, Elvis Presley, Bob Dylan, Bruce Springsteen y algunos más suben al podio de este muestrario, porque las casas donde nacieron son objeto de visita obligada, o porque tienen museos propios, o porque sus estatuas lucen por aquí y por allá, como si estos personajes fueran merecedores de algún tipo de culto laico.
Y precisamente ese es el pecado en el que cae Sendra: en elevar a los altares a unos cuantos personajes y a una buena cohorte de adláteres, pero de una manera acrítica, sin otra excusa que la de reflejar las localizaciones donde pasaron la infancia, grabaron sus discos, actuaron o retrataron las portadas de sus discos. En cuanto a este último tema, el de las portadas, no se acaba de entender qué sentido tiene fotografiar lo que ya ha sido fotografiado. Y eso es algo que ocurre muy a menudo en las páginas de este álbum. Es como si se nos quisiera demostrar que el autor estuvo allí, pero sin aportar nada más que merezca la pena. Por otra parte, los diminutos planos que aparecen en algunas ocasiones no ayudan a guiarse, ya que son tan pequeños que hay que mirarlos con una lupa.
Por último, un dato curioso: la única foto realizada en el Estado español corresponde a la menorquina cala Pregonda, donde Mike Oldfield posó para la portada de su elepé “Incantations”, de 1978. La verdad, tampoco es que se trate de una obra que haya pasado en letras mayúsculas –ni minúsculas– a la mitología del género. ∎