Libro

Fito Páez

Infancia & juventud. MemoriasLibros Cúpula, 2023

“Nunca fui un superdotado. Más bien un encantador de serpientes”, dice Fito Páez al inicio de “Infancia & juventud. Memorias” (2022; Libros Cúpula, 2023), primera parte de su libro de memorias. Escrito en plena pandemia, el músico argentino pretende así extender un hechizo por 400 páginas. Recorre desde sus primeros años en la ciudad de Rosario; su encuentro con la música y su “conversión al “rock nacional” siguiendo los pasos de Charly García y Luis Alberto Spinetta; sus inicios al lado de Juan Carlos Baglietto y sus primeros discos en solitario, “Del 63” (1984) y “Giros” (1985); la tragedia del asesinato de su abuela y tía abuela, las mujeres que lo criaron tras la prematura muerte de su madre, que se tradujo en el tema “Ciudad de pobres corazones”; hasta su consagración juvenil con “El amor después del amor” (1992), el disco más vendido en la historia del rock-pop argentino.

Con treinta álbumes en su discografía más otros tantos temas popularizados por artistas como Bagglietto o Mercedes Sosa, Páez intenta aquí no solo echar mano de su experiencia como letrista, sino además aprovechar recursos cinematográficos y literarios en los que también ha incursionado –en tres filmes y dos novelas– pero que no logra dominar del todo. Hila con resultados desiguales –muchas veces discursivo o cliché– pasajes nostálgicos de una juventud de experimentación y excesos, historias de amor y pérdida –del turbulento vínculo con Fabiana Cantilo al amor después del amor con la “chica Almodóvar” Cecilia Roth–, más ciertas anécdotas musicales y secretos de backstage de algunas de las décadas más prolíficas del rock argentino, cuando el país salía de la represión a los albores de la libertad y el hedonismo.

Sin pudor ni censura, se regodea en ciertos detalles como queriendo redimir una vieja figura bohemia, mientras soslaya los privilegios de una infancia acomodada, con conservatorio y piano familiar August Förster, un caballo de regalo a los 9 años o un teclado Yamaha CP20, obsequio paterno, para comenzar su banda. Comparándose con un personaje de Arlt o Bukowski, destaca al Páez desnutrido, el eterno niño sin madre que, drogado o borracho y plagado de piojos, vaga a donde lo lleva la noche, moviéndose hasta en camiones de la basura, y anhela una mujer que lo ame hasta que ya no lo soporte.

Más interesantes resultan las apreciaciones sobre Charly García –y sus ocurrencias– y Luis Alberto Spinetta. Desde el primer encuentro, cuando se arrodilla ante García –“Maestro, amo su música más que a nada en este mundo”– y él le devuelve el gesto tras escuchar “Tres agujas”; pasando por la revelación que fue el álbum “Clics modernos” (1983), de García, hasta las sesiones de grabación de “Piano Bar” (1984). Del otro lado, Spinetta, la creación del álbum conjunto “La la la” (1986) y cómo este lo rescató de su “lento suicidio alcohólico”.

Pero las memorias también son un ejercicio de ego. Y en lugar de anécdotas reveladoras o análisis sesudos, el libro se suele quedar en el listado de músicos con los que ha tocado, escenarios que ha llenado o la enumeración de encuentros con celebridades –Caetano Veloso, Ángel Rada, Atahualpa Yupanqui, Pablo Milanés, Roberto Goyeneche…– que funcionan más como medallas o decorado. Se coloca, más que “al lado del camino”, en el vértice de todo: la continuación de Charly y Spinetta, sin parricidio de por medio. “Mi tía Charito guardaba aún la fotografía que me hicieron a pocos instantes de nacer (...). El tamaño de mis pelotas era superior al de mi cabeza. Se ve que hay cosas que no cambian”. ∎

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