Tiene sentido que se haya publicado tanta literatura –desde el ámbito periodístico hasta el ensayístico o el académico– en torno al rock radical vasco. Hablamos de un fenómeno único en el mundo que, aun a pesar de haber explosionado paralelamente al estallido del punk a nivel mundial, adquirió un carácter propio por las peculiaridades históricas, sociales y políticas de aquel territorio en aquel momento. Por todo esto, también tienen sentido las reticencias expresadas por Javier “Jerry” Corral cuando recibió este encargo de parte de Liburuak, la editorial perteneciente a la promotora bilbaína Last Tour, y transmitidas en el prefacio titulado “A modo de confesión”: ¿se puede contar algo que no se haya dicho ya sobre este movimiento?
Para perseguir ese objetivo, el periodista realizó 71 entrevistas en un trabajo colosal que se ha traducido en un libraco de 800 páginas, “Fiesta y rebeldía. Historia oral del rock radical vasco” (2025). No se trata tanto, en realidad, de una historia oral al uso. No es el típico pim-pam-pum de voces ni sigue una estructura, por ejemplo, como la del documental “La pelota vasca” (Julio Medem, 2001), referencia que me parece muy válida a la hora de buscar su frontón musical. El cronista, que vivió aquello en primera persona y estuvo lo suficientemente cerca y lo suficientemente lejos como para poder contarlo todo desde la perspectiva adecuada, se introduce también en la historia. Ejerce de narrador, divulgador, entrevistador y protagonista ocasional, y va alternando diversos métodos para construir un relato ameno y exhaustivo, incluso a pesar de algunas reiteraciones que también adquieren su sentido. Al mismo tiempo, se vale de su cercanía y confianza con muchos de los entrevistados para extraerles confesiones honestas y unas cuantas revelaciones, siempre plasmando la oralidad de la narrativa, sin maquillar en exceso las declaraciones a la hora de editarlas periodísticamente. Prima, en ese sentido, la autenticidad.
Hay un consenso casi absoluto entre todas las voces a la hora de dejar patente que la relevancia del rock radical vasco fue mucho mayor en el plano social que en el estrictamente musical. Sus representantes, básicamente, respondían a la rabia que sentían en aquel momento adaptando las formas del punk británico a su propia realidad, pero lo importante fueron las transformaciones sociales a las que pusieron banda sonora. La construcción de una nueva cultura juvenil que partía de la autogestión y que puso las bases de un espíritu que, 40 años después, sigue prevaleciendo en locales como el Kafe Antzokia, estudios como Garate, sellos como Bidehuts y artistas como Anari, Verde Prato, Belako o Chill Mafia (quienes aparecen, todos ellos, en el libro).
“Jerry” no deja tema importante sin tratar: desde la contextualización sociopolítica y cultural del nacimiento del rock radical vasco hasta las diferencias geográficas y sociales entre los barrios, pueblos y ciudades de las que provenían sus grupos. Cómo surge el circuito de gaztetxes, fanzines, radios libres, la televisión autonómica, revistas clave como ‘Muskaria’ y los pioneros suplementos de diarios, su impacto real en el estado español y en Latinoamérica… Ahonda en sus temas más controvertidos –como la relación con la izquierda abertzale y la heroína, la convivencia con los grupos de otros estilos en aquel momento o las tensas relaciones entre bandas y sellos– y en algunos menos tratados, como el hecho de que era una escena aplastantemente masculinizada. Donde se aportan perspectivas más novedosas es a la hora de valorar el fenómeno con el paso del tiempo y rastrear su pervivencia.
El libro se compone de dos grandes partes. La primera, la principal, va tratando cada uno de estos temas como un relato coral. Pero quizá la más emocionante sea la segunda, que consta de entrevistas individuales en profundidad a dieciséis músicos clave del movimiento (Evaristo Páramos, Fermin Muguruza, Aurora Beltrán, Loles Vázquez, Josu Zabala, Roberto Moso, Kaki Arkarazo o Pako Galán, el único superviviente de los fundadores de Eskorbuto) para, más allá de las batallitas nostálgicas, trazar unas historias de vida muy reveladoras.
Estamos, pues, ante una obra imprescindible, un trabajo mayúsculo que, esto también debo decirlo, solamente queda ensombrecido por una edición muy poco cariñosa por parte de Liburuak, plagada de erratas y algunas imprecisiones que habrían requerido de una revisión más cuidada. ∎