Justin Torres (Nueva York, 1980) debutó a lo grande con “Nosotros los animales” (2011), unas memorias familiares ficcionadas que fueron trasladadas a la gran pantalla en 2018 por Jeremiah Zagar. El año pasado rompió su prolongado silencio con la publicación de “Blackouts” (2023; Random House, 2024; traducción de Gabriela Ellena Castellotti), un libro –ganador del National Book Award– cuya mecha se activó por una casualidad: Torres se encontró en una librería de San Francisco con “un extraño libro de sexología”, “Sex Variants”, un pionero estudio sobre el mundo queer publicado en 1941 por los investigadores George W. Henry (1889-1964) y Jan Gay (1902-1960) y que prácticamente fue “borrado” en la historia posterior de las investigaciones sobre los comportamientos homosexuales.
A partir de este documento, mezclando ficción y arqueología histórica, el autor nos introduce en El Palacio, una extraña residencia donde agoniza Juan, un homosexual mayor que recibe la visita de otro más joven (¿el autor?) al que conoció en el pasado. Entre las brumas del sueño y la enfermedad se reconstruye el pasado del moribundo y la vida del visitante, intrigado por las páginas de “Sex Variants” y las trayectorias vitales de sus autores. Esta trama le sirve a Torres para reconstruir los “apagones” de la comunidad gay y lesbiana y descubrir cómo las “desviaciones” no normativas en el ámbito sexual fueron criminalizadas y manipuladas por la comunidad ciéntifica médica a lo largo del pasado siglo (en el libro hay explícitas menciones al pionero Instituto para la Ciencia Sexual de Marcus Hirschfeld –de quien Gay fue discípula–, destruido por los nazis en 1933).
Torres intercala en la narración fotografías, dibujos y anuncios publicitarios –además de páginas censuradas de las investigaciones de Gay y Henry– para subrayar un discurso de fuerte componente político que reivindica ferozmente las vidas de quienes se atrevieron a desafiar el status quo en cuestiones de identidad y deseo.
Cruce entre investigación académica –con detalladas citas de las fuentes utilizadas– y ficción reivindicativa queer –Torres ha confesado en diversas ocasiones el gran influjo de “El beso de la mujer araña” (Manuel Puig, 1976)–, “Blackouts” es un libro valiente que huye de las más trilladas convenciones narrativas y que también invoca la atmósfera de duermevela del Juan Rulfo de “Pedro Páramo” (1955) –otra influencia reconocida–, encajonada entre las paredes de ese asfixiante Palacio donde Juan lucha hasta su último aliento para que la memoria de los “diferentes” no se desvanezca en el polvo de la Historia. ∎