Película

La trama fenicia

Wes Anderson

https://assets.primaverasound.com/psweb/lqausntcd8buyh90j8cm_1748511767342.jpg

Desde el plano inicial en el avión todo es absolutamente reconocible en “La trama fenicia” (2025; se estrena hoy). Se tarda menos de un segundo en saber que estamos en la nueva película de Wes Anderson y sentirnos imbuidos, implicados, encantados, en esa fantasía cuadriculada pero libre, absolutamente medida pero con una identidad incomparable. Los colores pastel en embriagadora armonía, la disposición de los personajes en el plano, el ritmo ligeramente atropellado, los diálogos expresados en tono inerte que encuentran su comicidad precisamente en la falta de énfasis, el tono de noticiario, los movimientos inesperados en una parte del encuadre y los personajes más bien extravagantes. ¿Es solo otra película de Wes Anderson? Sí y no.

La buena noticia es que el director más capaz de dar nuevo brío a elementos vintage en alocada combinación, y uno de los más originales a la hora de reciclar cinefilia, tebeofilia, historia del siglo XX y cultura pop, ha corregido su rumbo en el proceso ya demasiado mecanizado que ahogaba en su propio virtuosismo el anterior largometraje, “Asteroid City” (2023), y los cortometrajes basados en relatos de Roald Dahl como “La maravillosa historia de Henry Sugar” (2024), en los que la uniformidad y el exceso verborreico estaban a punto de aniquilar el gozo inherente al cine de Wes Anderson.

En cambio, en “La trama fenicia” revive la alegría de inventar, el regocijo de buscar lo ingenioso, chocante, sorprendente, simétrico. El cineasta deja mucho más espacio a que los personajes se desarrollen y no desfilen simplemente por la pantalla. Juega con los tiempos, se permite silencios y saca el mejor partido a todos sus típicos recursos. Aunque, como siempre, por acumulación no dé tiempo a disfrutar a la primera de todos los elementos que incluye en cada plano y cada diálogo, de cada giro de guion y situación inesperada.

https://assets.primaverasound.com/psweb/3nhl6iq9xonnok318kiy_1748511804079.jpg

La trama en sí es lo suficientemente disparatada: un magnate balcánico que responde al nombre de Anatole Zsa Zsa Korda (¿homenaje cinéfilo a Litvak, Gabor y Alexander?), interpretado con un derroche de gracia y talento por Benicio del Toro, está acostumbrado a sufrir sabotajes e intentos de asesinato en sus aviones, uno tras otro, y esto provoca unas divertidas secuencias iniciales. Tiene nueve hijos y una hija (Mia Threapleton) que quiere ser monja, pero es de lo más cosmopolita y resolutiva. Con la aparición del tutor interpretado por Michael Cera está servido el descoyuntado y subrepticio homenaje a “Sonrisas y lágrimas” (Robert Wise, 1965), una de tantas referencias cinéfilas que Anderson desliza como burbujas de su cabeza en ebullición creativa, desde las intrigas exóticas de los años treinta y cuarenta a los entramados políticos con ironía. Y esta vez recurriendo en algunos momentos al blanco y negro que parece tan reñido con su apuesta por el colorismo extremo, y sin embargo funciona muy bien en el divertido cielo a lo Michael Powell por donde desfila hasta Charlotte Gainsbourg y otras secuencias de corte onírico. Cada aparición del lujoso reparto tiene gracia y sentido: Tom Hanks, Bryan Cranston, Scarlet Johansson, Hope Davis, Benedict Cumberbatch, Mathieu Amalric, Jeffrey Wright…

La ilusión de Zsa Zsa Korda de llevar a cabo un proyecto de ingeniería disparatado, y la búsqueda de financiación, da lugar a secuencias tan desternillantes como la del baloncesto, pero por momentos “La trama fenicia” se acerca también a la inocencia y la melancolía de “Moonrise Kingdom” (2012). No falta el catálogo de cachivaches geniales, atención al aparato de transfusión de sangre, uno de tantos detalles en el caleidoscopio de mecanismos y geometrías que hacen de “La trama fenicia” otro encantador gozo en el viaje infinito por el mundo de Wes Anderson, aderezado por la música de Alexander Desplat en combinación con piezas de Igor Stravinski y Gene Krupa, que en los créditos finales tienen sus propias portadas de discos miniaturizadas. ∎

Inconfundible mundo Wes Anderson.
Etiquetas
Compartir

Lo último

Contenidos relacionados