Película

Todos queremos algo

Richard Linklater

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Los estudiosos de Richard Linklater tienen en “Todos queremos algo” (“Everybody Wants Some!!”, 2016) ejemplos a manta para establecer correspondencias entre esta película y el resto de su filmografía. Que si es una “secuela espiritual” (no sé en cuántos sitios lo he leído ya) de “Movida del 76” (1993). Que si es un retrato coral, polifónico y extravagante de la América teenager a la manera de “Slacker” (1990). Que si la entrada en la universidad vuelve a aparecer como un rito de paso trascendental en la vida de unos personajes, del mismo modo que en el punto y final de “Boyhood (Momentos de una vida)” (2014)… Ojo, que todos estos análisis son acertados. No obstante, también cabría preguntarse cuánta nostalgia idealizadora es capaz de soportar la filmografía de Linklater cuando el contrapunto que aporta a su discurso previo es tan tenue.

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Como película en sí, sin establecer diálogo con su propia obra, “Todos queremos algo” es un filme muy masculino, muy optimista y muy retro. No busca la carcajada, sino la ternura. La camaradería entre un grupo de estudiantes a punto de incorporarse a la universidad da pie a muchas secuencias más entrañables que cómicas (si apenas hay fricción, apenas hay risa). Bueno, he dicho estudiantes, pero tendría que decir deportistas: esta chavalada que comparte casa y vorágine hormonal son aspirantes a jugadores de béisbol.

Ahí es donde Linklater flojea otra vez: ellos, deportistas; ellas (las pocas que salen), artistas. Los hombres son de Marte y las mujeres de Venus, ¿no? Al menos esta vez no usa a un protagonista para verbalizarlo como en “Antes del anochecer” (2013). ¿O sí? Porque el personaje de Glen Powell se pasa el rato justificando muchas de las acciones y reacciones de la panda: “Nos hemos comportado siguiendo un instinto animal de manada”; “Estamos en la edad de probarlo todo”; “Nos pasamos el rato compitiendo”… En aquellos filmes universitarios de los ochenta que la película también homenajea las situaciones sucedían sin más, sin audiocomentario integrado. ¿Será que la nostalgia necesita más explicación? ∎

Filme muy masculino, muy optimista y muy retro. No busca la carcajada, sino la ternura.

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