Película

Semilla del son

Juanma Villar Betancort

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Nada más empezar la película, Santiago Auserón, Juan Perro, realiza toda una declaración de principios. Su voz en off cabalga sobre planos de él andando, guitarra a la espalda, por carreteras cubanas. “Vengo de una generación educada en la herencia de la música negra norteamericana. España dejó de prestar atención a los sones que le recordaban la pérdida de su colonia más preciada. Y la industria fonográfica internacional condicionó nuestros gustos musicales desde la infancia. Ya en la adolescencia entendimos que aquello guardaba alguna relación con los derechos civiles de los negros. Andando el tiempo caímos en la cuenta de que había música negra y mestiza en nuestra propia lengua. Eso nos llevó a visitar Cuba en la primera mitad de los ochenta y a descubrir sus músicos populares antes de que llegaran los rastreadores de la world music. Por una vez hablar en español no iba a suponer una desventaja”.

Un discurso musical y político que pone el dedo en la llaga en algunas de nuestras ausencias culturales y la colonización estadounidense del gusto, a la vez que cuestiona un término hoy considerado políticamente incorrecto como el de “world music”, que, en todo caso, sirvió antaño de referencia múltiple para otear otros horizontes musicales. Auserón, pese a, quizá, no pretenderlo, es el centro neurálgico absolutista de “Semilla del son” (2023; se estrena hoy), el documental en forma de road movie que sigue su viaje por Cuba reencontrándose con todo aquello que lleva explorando desde su primera visita a la isla en 1984, cuando las canciones de Radio Futura resonaban con considerable éxito. Poco después llegó la reinvención en Juan Perro, trovador eléctrico, mestizo y sonero, en definición del propio Auserón, cuyo nombre se inspira en “El coloquio de los perros” (1613) cervantino; un rockero que asimilaba las verdades del nuevo mundo, también en palabras del coautor de “Escuela de calor”.

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El director tinerfeño Juanma Villar Betancort ya había realizado otra aproximación documental a un músico cubano fundamental, el pianista Ernesto Lecuona, en “Playing Lecuona” (2015), filme realizado con Pavel Giroud que incluía las presencias de Michel Camilo, Chucho Valdés y Gonzalo Rubalcaba. Aquí sigue con su cámara a Auserón desde Santiago de Cuba hasta La Habana pasando por, en el extremo oriental de la isla, las poblaciones de Baracoa, Yateras-Guantánamo y Matanzas. Auserón viste durante la mitad del metraje una camiseta con el nombre de Charlie Parker, una forma como cualquier otra de hacer visible el cordón umbilical que une a Compay Segundo con Jelly Roll Morton, La Habana con Nueva Orleans, la burguesía criolla, los primeros esclavos africanos que llegaron a La Habana y los fugitivos cimarrones, el son cubano, jazz, blues, rumba y flamenco, el ritmo africano y la canción popular española, el origen andaluz y el canario.

Auserón encuentra gente en un parque, charla con ellos sobre la música cubana en toda su variedad, habla más él que sus invitados e interpreta canciones en solitario o con otros músicos solo para la película, sin audiencia alguna que no sea la cámara. En La Casa de la Trova, en Santiago, escucha al guitarrista Alejandro Almenares y este le cuenta que fue el constructor de la guitarra que Compay Segundo le regaló a Auserón. Huele y acaricia la madera de la guitarra de Almenares y se emociona, y aunque sea una escena preparada, transmite bastante verdad. Recuerda cuando grabó su primer álbum como Juan Perro, “Raíces al viento” (1995), y cuando realizó la compilación que da título a esta película, “Semilla del son” (1991), con temas del Trío Matamoros, Septeto Nacional, Benny Moré, Arsenio Rodríguez, Celina González y Guayabero. En el filme, Auserón explica cómo ha sido su vida desde que concluyó la aventura de Radio Futura explicando la historia de la música cubana, su multiplicidad de etnias sonoras, ritmos y sabores. Parece satisfecho de su obra, como cuando en un puente en Baracoa, “la ciudad de las lluvias”, comenta que cuando un río se entrega al mar, entonces alcanza la paz. ∎

La trama cubana de Juan Perro.
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