La feroz cruzada anti LGBTIQ+ de Putin, y su oposición a la invasión de Ucrania, obligó a Serguéi Davydov (Togliatti, 1992) a exiliarse en Berlín, donde vive desde 2022. Poeta y dramaturgo de prestigio –sus obras se han representado en escenarios de Moscú, San Francisco, Londres, San Petersburgo o Los Ángeles– ,“Springfield” (“Спрингфил”, 2023; consonni, 2025; traducción de Alexandra Rybalko Tokarenko) es su primera novela y se publicó en Alemania en la editorial Freedom Letters, especializada en literatura rusa censurada.
Springfield no existe, pero es el escenario imaginario donde viven (o sobreviven) Andréi y Matvéi, dos jóvenes gays que sueñan con saltar las barreras de un entorno industrial decadente, monótono y sin futuro. Ambos tienen como referentes iconos pop de la cultura yanqui, vía de escape a una existencia gris y aburrida donde los días se suceden como hojas muertas en un calendario caducado hace años. Andréi y Matvéi se quieren, pero el aplastante peso de la realidad abolla su relación entre trabajos precarios, estudios tediosos y sexo más o menos furtivo.
Springfield es un símbolo de libertad, ese lugar donde “la gente solo se marcha adonde va a estar mejor”, y su trama no puede reducirse solo a un romance queer: sus páginas transmiten, entre el humor y la tragedia (citar a Dovlátov o Limónov no es tomar el nombre de estos dos gigantes en vano), el desencanto de toda una generación que creyó en un mundo mejor y que la voracidad putiniana ha cercenado de raíz, fundiendo en negro esperanzas y deseos.
Marta Rebón, en su prólogo, afirma que este libro es “un grito de libertad. Literatura que busca aliviar el tormento autoritario. Un canto del cisne de una generación que de corazón creía que lo mejor aún estaba por llegar. Las conquistas eran mínimas, pero no renunciaban a un futuro distinto”. Explicarlo mejor es imposible. ∎