Tania Safura Adam

En la introducción, la autora empieza situándonos en su triple embarazo en otoño de 2012, como trazando un paralelismo entre la gestación física y la literaria, ambas a priori tan arduas como felices. Y es que, tal como explica, “parir” este libro ha supuesto para ella el hecho de encontrar un hilo conductor –la música– con sus raíces y con su lugar como africana en la diáspora, lograr su propio equilibrio entre dos mundos que chocan y de cuya fricción surgen unas músicas que son expresión viva de las gentes de África, sus culturas y sus sociedades, pero también sus retos y sus idas y venidas por el mundo.

A la hora de afrontar el estudio de esas músicas, esta mozambiqueña nacida en Maputo en 1979 y residente en Barcelona es muy consciente de las dificultades que representa. Una de ellas, tan crucial que ya viene implícita en el título del libro, es la oralidad con la que se expresan y transmiten; aunque ello no es tanto una dificultad, sino una característica intrínseca a las manifestaciones culturales africanas, si es cierto que existen escasos registros escritos a los que acogerse, y estos son en su mayoría obra de estudiosos occidentales que han impreso a sus reflexiones un sesgo donde abundan los prejuicios, los tópicos raciales y una rigidez academicista que las priva del dinamismo con que los africanos y africanas viven sus propias expresiones musicales.

El término “world music” es un buen ejemplo de ello, un cajón de sastre donde a partir de los años ochenta se incluyeron las músicas que no podían inscribirse en el flujo principal del pop-rock de la época y que la miopía occidental vio como algo “folclórico”, primitivo y salvaje, exento de modernidad y proyección. A ese respecto, en el libro se recogen unas famosas declaraciones de Miriam Makeba: “¿De donde vienen las otras músicas? ¿De Marte? Vaya estupidez. Si alguien me dice que es ‘world’, le doy las gracias por recordarme que nosotros también somos parte del mundo. Aunque lo que realmente está queriendo decir es que nuestra música es del tercer mundo, igual que nuestro continente. Así que, por favor, no nos insulte”.

Por ello, en esta obra también se aborda la distinción entre conceptos que a menudo se utilizan demasiado a la ligera, como los de música tradicional, popular o moderna, que han estado trazados de forma irreversible por la trata transatlántica, la colonización del continente y los procesos de emancipación surgidos en las décadas centrales del siglo XX.

En ese sentido “Voces negras” no es solo un viaje sonoro por los vericuetos de la historia (musical) africana, sino que rastrea el pálpito sociocultural de donde surgen esas músicas aportando para ello un sinfín de referencias y reflexiones de musicólogos, sociólogos, literatos, cineastas y otras personalidades de la cultura africana que nos ayudan a darle a ese estudio el contexto apropiado y todo el valor que esas expresiones artísticas merecen.

El libro se articula en tres grandes bloques; el primero en torno a las músicas populares, el segundo a partir de la fase de las independencias y la recuperación de la autenticidad africana, y el tercero como retrato del moderno panafricanismo cultural. Cada una de esos grandes relatos, esbozados a partir de capítulos cortos que funcionan como pinceladas que van conformando el dibujo de las músicas africanas, son complementados con conversaciones en profundidad que la autora ha mantenido a lo largo de los años como responsable de Radio África –plataforma de contenidos culturales y programa de radio– con músicos, pensadores y estudiosos africanos como Ntone Edjabe, Jean Ngoya Kidula, Fanta Cissokho, David Macuácua, Mû Mbana, Paco Zamora, Tsitsi Ella Jaji y Satch Hoyt.

En palabras de la propia Tania Safura Adam: “Lejos de obtener respuestas categóricas, el texto se acerca a los contextos sociales en los que estas músicas se produjeron para interpretarlas en términos críticos, y comprender que la música es una de las pocas áreas de expresión que el alma negra ha tenido a su disposición tras siglos de opresión. Y cuando habla de estas músicas, apela a la imaginación, a la vida cotidiana, a las lenguas vernáculas, al placer, al sufrimiento, a los sueños, a la autorrealización... y a todos aquellos elementos que permiten comprender las múltiples dimensiones de las culturas africanas”.

Este es, pues, un libro que aborda múltiples ramificaciones y trenzado a partir de multitud de referencias, con el cual uno no puede dejar de aprender por mucho que a priori conozca el tema. Pero también es un relato vibrante por donde pululan Francis Bebey, Louis Armstrong, Paul Mugabe, Youssou N’Dour, Patrice Lumumba, Bob Marley, la ya mencionada Miriam Makeba, E. T. Mensah, Tina Turner o Fela Kuti, entre muchísimos otros personajes –muchos de ellos olvidados, desconocidos para el gran público o incluso anónimos–, protagonistas de una historia que todavía está por explicar en toda su complejidad pero de la que “Voces negras” es una maravillosa aproximación, honesta y valiente, sin par en el ámbito de las novedades literarias, una muy significativa aportación al conocimiento libre de clichés de África, su cultura y su música. ∎