La diputada del partido laborista Jo Cox fue asesinada a sangre fría al grito de “Britain first!” en plena campaña del Brexit en 2016. A siete días para el referéndum, el Reino Unido abría los ojos ante una nueva amenaza real: la radicalización del movimiento supremacista blanco. Un año más tarde, la policía frustraba el asesinato de otra parlamentaria, Rosie Cooper, en manos del grupo neonazi National Action.
Determinante para evitar otra muerte fue la participación de la organización HOPE not hate, dirigida por Matthew Collins, un neonazi arrepentido, miembro desde mediados de los ochenta del National Front, el British National Party y el grupo Combat 18. Stephen Graham encarna a Collins, ahora un activista reformado, en “The Walk-In” (2022; llegó a Filmin en diciembre de 2023). Cinco episodios sobre esta página negra de la historia reciente del Reino Unido escritos por Jeff Pope –detrás del guion de “Philomena” (Stephen Frears, 2013), por el que fue nominado al Óscar– y dirigidos por Paul Andrew Williams.
La historia de Collins es una historia de expiación, de las segundas oportunidades, pero también de las consecuencias ineludibles e imperecederas de los actos y las decisiones tomadas. Informador policial antes que activista, Collins tuvo que huir a Australia a principios de los noventa antes de regresar al Reino Unido en busca de una redención, en una vida marcada por la amenaza constante para él y para los suyos.
Stephen Graham como neonazi reconducido no nos viene de nuevo, aunque poco tiene que ver aquel “Combo” Gascoigne de la ficción en las secuelas ’86, ’88 y ’90 de “This Is England” (Shane Meadows, 2006) con el Collins de “The Walk-In”. Su presencia es apabullante, como de costumbre, lejos de su manido papel torturado y afligido, encadenando apariciones brillantes tras “Condena” (Jimmy McGovern, 2021-), “Help” (Jack Thorne, 2021), con Jodie Comer, e “Hierve” (Philip Barantini, 2021).
“The Walk-In” peca de ciertos mimetismos en los dramas de no ficción tan habituales en la televisión británica en los últimos años y adolece de un cierto anticlímax final, pero Pope y Williams muestran habilidad para no perderse en la grandilocuencia de lo obvio e indagar en cómo el mensaje de odio cuaja en ciertos sectores de la población. En retratar el perfil propicio para ser captado y detallar los mecanismos que la tecnología brinda al servicio de la extrema derecha y los conspiranoicos, y que en los últimos años explican fenómenos populistas globales y figuras como las de Steve Bannon.
“Bienvenidos a la República Islámica de Bradford”. Los teóricos del odio se confunden con los hechos pero aciertan con las emociones. La nueva ola de fascismo cala entre los jóvenes, en especial entre aquellos sectores más vulnerables, emocionalmente inestables, económicamente desfavorecidos, familiarmente desestructurados y solitarios, con el gancho en la identidad grupal y el compañerismo. Así fue captado por National Action –considerada organización terrorista desde 2016– Robbie Mullen, interpretado por Andrew Ellis. Comparte protagonismo con Collins y ambos también compartieron trayecto vital, el del arrepentimiento y la rectificación.
“The Walk-In” se basa en el libro escrito pocos años antes por Matthew Collins, “Nazi Terrorist. The Story Of National Action” (2019) y se estrenó en el Reino Unido en octubre de 2022, después de rodarse en total secretismo para extremar las medidas de seguridad. Sin promoción, sin notas de prensa. Salvo Stephen Graham, ni el resto del reparto ni el personal de la serie recibió los guiones completos para evitar cualquier tipo de filtración a los medios. ∎