Wayne Kramer

Penetrante y afilado en la distancia corta del tú a tú periodístico, enfrentado a sus propias preguntas ante la pantalla del ordenador, el espejo del autobiógrafo, Wayne Kramer (Detroit, 1948), parece desbordado por su propio personaje y la era en la que se inscribió. ¿Demasiado que contar? ¿Mucho que callarse? No. Más bien impericia literaria y ausencia de un rasurado editorial que habría ahorrado ese exceso de detalles superfluos y digresiones.

Fundador de MC5, entre mediados de los 60 y principios de los 70 del pasado siglo, Kramer vivió de pleno una de las más burbujeantes y combativas escenas contraculturales, la de Detroit, implicándose en su frente político por mediación de John Sinclair. Musicalmente, junto a Fred “Sonic” Smith, Kramer daría forma a uno de los mas creativos dúos de guitarras, explorando un rock que no por vanguardista sacrificaba su componente popular. Ambos, banda y contexto, son despachados casi telegráficamente, sin profundizar ni matizar, como si hubiese prisa por llegar al final. En ese sentido, poco aporta “Asuntos peligrosos. Droga, delincuencia, MC5 y mi vida de imposibilidades” (“The Hard Stuff”, 2018; Neo-Sounds, 2021) a lo expuesto en obras previas como “MC5: Sonically Speaking. A Tale of Revolution And Rock And Roll” (Brett Callwood, 2010) o “Guitar Army. Rock y revolución con los MC5 y ‘The White Panther Party’” (John Sinclair, 1970), traducido al español en 2012 en Munster Books.

Presa todavía de un idealismo que frisa lo romántico, Kramer solo parece reproducir el verdadero pulso de época y circunstancia a partir de su ingreso en prisión por traficar con cocaína –período que da lugar a las reflexiones más carnosas del libro–, cumpliendo dos años en los que no permaneció inactivo, creando Jail Guitar Doors, programa de rehabilitación de presos a través de la música. Es, en definitiva, la entrañabilidad de Kramer, su inocente sinceridad, su creíble humildad, lo que atenúa la sensación de que el autor no ha sabido aprovechar del todo esta oportunidad; lastrada, además, por un empeño mercadotécnico en subrayar los componente más morbosos del psicodrama, como son drogas y delincuencia. Historia de superación, nos tememos que solo para fanáticos.  ∎