La ya longeva trayectoria musical de Kristin Hersh (cuarenta años de recorrido) lleva bastante tiempo en un segundo plano mediático, pero eso no implica que la artista actualmente afincada en Nueva Orleans haya bajado su pistón compositivo e interpretativo, sino que este se ha mantenido siempre a un nivel envidiable. En 2003 se produjo un cambio de inflexión importante, cuando, tras varios años centrada únicamente en su faceta en solitario, volvió a la electricidad y al formato banda. Lo hizo por partida doble: resucitando a Throwing Muses (con quien publicó tres álbumes desde entonces) y creando un nuevo grupo.
El power trío 50 Foot Wave está compuesto por dos tercios de los Muses (el bajista Bernard Georges y la propia Hersh) junto al batería Rob Ahlers. Las diferencias entre una y otra banda, más allá de quién toca la percusión, nunca han estado demasiado claras. 50 Foot Wave ha sido un proyecto aparentemente secundario, que aparecía y desaparecía de forma tan inesperada como ahora. Este es su segundo álbum propiamente dicho, tras “Golden Ocean” (2005), aunque por en medio han publicado –casi siempre en libre descarga– cuatro EPs, cuatro singles y dos discos en directo.
Lo que sí muestra “Black Pearl” es una mayor dureza y oscuridad en formas y contenidos. Su espectacular arranque, con “Staring Into The Sun”, te pone contra la pared con guitarras abrasivas y pesadas, de densidad cuasi grunge. Los matices y texturas irán virando luego hacia sonidos de tono más psicodélico o shoegazing pero sin perder nunca su contundencia eléctrica. Los textos son también de lo más áspero que ha escrito Hersh. Todas las canciones se dirigen a una segunda persona, con imágenes violentísimas que confrontan el amor/pasión/deseo con el lado más oscuro de la mente. El desasosiego y el mal rollo se canalizan, sin embargo, en esas tormentas de ruido, cargadas de poder catártico. ∎