Bart Davenport

Si en sus últimos trabajos parecía haber hecho buenas migas con los primeros 80 y las producciones sofisticadas y espejadas de Prefab Sprout y Aztec Camera, Bart Davenport desanda ahora parte del camino para plantarse en los 60, década prodigiosa a la que consagró sus primeros discos, y darse un atracón de pop clásico, folk entre algodones y canciones bañadas por el sol de esa California en la que fueron grabadas. ¿Más de lo mismo? Pues sí, aunque para bien. Porque “Episodes” es un disco que se presta al tópico e incluso se lleva bien con él. Ahí están, por ejemplo, los aromas brasileños de “Easy Listeners”, las cuerdas suaves y elegantes de “Billionaires”, los destellos Brill Building de “Wireless Moon”, los guiños a Jackson Browne, Scott Walker y el country-rock de Laurel Canyon…

Como Steve Van Zandt, uno se imagina a Bart Davenport gritando a los cuatro vientos que no necesita echar mano de la nostalgia porque, en realidad, vive permanentemente en los 60 (y alrededores), pero hay un par de detalles en “Episodes” que confirman que el de Oakland es mucho más que un esforzado revivalista con voz de querubín y la colección de discos correctas. El primero, sin ir más lejos, sería “It’s You”, canción inaugural, también una de las mejores del lote, en la que se arrima a los Go-Betweens y demuestra que no todo en el pop ha de ser la línea recta.

A partir de ahí, el nuevo álbum de Davenport avanza por terrenos de sobras conocidos que, sin embargo, aún deparan alguna que otra sorpresa. Es el caso, por ejemplo, del soul-rock de “Holograms”, el jovial surf instrumental de “99 Forever” o el folk de corte británico de “Alice Arrives”, esa “Creatures In Love” que apunta maneras a lo Pete Townshend… Canciones todas ellas con las que, sin perder ese deje de cantautor clásico y completamente fuera de su tiempo, sí que parece querer abrir nuevos caminos. Y, aunque no sea así, por lo menos llega a la meta convencido de que ha regalado tres cuartos de hora de música amable, seductora y reconfortante. ∎