Belén Aguilera

Se agradece la figura de Belén Aguilera en el panorama musical actual, concretamente en el pop estatal. Estamos hartos de escuchar beats de electropop que nos llevan a las pistas de baile de los años ochenta (el efecto “Future Nostalgia” aún vigente) o de ver continuamente samples de hits de antaño llevados a los códigos lingüísticos contemporáneos. Lo cierto es que, en la industria del pop que se cuece dentro de nuestras fronteras, faltaba un sonido como el de Belén Aguilera. Una teoría que se corrobora aún más con “METANOIA”, su último trabajo, el cual se presenta como un EP pero que tiene el peso y el concepto más que suficientes como para ser considerado un (mini) álbum.

Decía Belén recientemente en alguna entrevista que, después de publicar “SUPERPOP” (2022), cayó en la cruda conclusión de que ese tampoco era el sonido que la representaba del todo. Un darse de bruces con la realidad a nivel artístico que tuvo como consecuencia el proceso de creación de este “METANOIA” que, no en vano, viene del griego y significa “transformación espiritual”. El sonido sigue siendo pop, por supuesto, pero ahora los matices son mucho más oscuros y experimentales, convirtiendo su propuesta en algo mucho más interesante, arriesgado y elevado.

A pesar de que Belén siempre parte del piano para componer sus temas (y, de hecho, uno de cola sigue presente encima de su escenario), las últimas canciones de la artista catalana han tirado más hacia terrenos electrónicos e incluso raveros, coqueteando con el hyperpop y el tecnopop. No extraña que sus influencias más actuales vayan desde Charli XCX hasta Sevdaliza o Caroline Polachek, pasando por, ojo, Lana Del Rey. Y es que todos estos mundos conviven a la perfección bajo su propuesta: sonidos más duros, letras más crudas. Aunque, para qué mentirnos, con esa voz privilegiada y esas armonías celestiales, ella siempre será nuestra Ariana Grande.

El EP abre de la mejor forma posible: con el tema que realmente inauguró esta nueva era en su carrera. Porque ya veníamos de “ANTAGONISTA” y “COPILOTO” para allanar el terreno, pero es con“GALGO” cuando todos los focos se pusieron encima de una Belén que nos parecía indicar que algo nuevo y fresco estaba por llegar. La producción es exquisita, mano a mano con Pablo Rouss, fiel aliado de su proyecto. Como también lo es en “ILUSIÓN ÓPTICA” (en este caso, con D3llano), donde al final se desencadena un beat machacón que va subiendo de intensidad hasta culminar.

La salud mental es uno de los main topics de la discografía de Aguilera, y en “METANOIA” aún más. “Pero el otro día me sentí más pequeña de lo que era a tu lado. No coincidía con que en el puto espejo veía que he engorado”, nos confiesa en la ambiental “NADIE ME HA PREGUNTADO”. “QUIÉN SOY” y “OFICIALMENTE (Demo)” también comparten esa misma intensidad y contienen ideas interesantes en sus estructuras, si bien se entiende que no hayan sido lanzadas como singles previos.

Es en “PAS”, junto a Pimp Flaco, y en “LICÁNTROPO” donde Belén saca a relucir su gran talento como compositora, llevando el sentido del humor ácido por bandera y mezclándolo con el melodrama de una manera muy inteligente y adaptada a los tiempos que corren. Tras escuchar los siete temas de este EP, las ganas de seguir de cerca el camino que se acaba de abrir para Belén Aguilera son muchas. El pop nacional demuestra que tiene cientos de aristas y caras B que descubrir. ∎