Álbum

Billie Eilish

WHEN WE ALL FALL ASLEEP, WHERE DO WE GO?Darkroom-Interscope-Universal, 2019
Más allá de una breve intro entre risas, lo primero que escuchamos en el primer LP de Billie Eilish, “WHEN WE ALL FALL ASLEEP, WHERE DO WE GO?”, es un pulso electrónico que suena como amortiguado, como si viniera desde el otro lado. Como si la californiana lo oyera desde la puerta de un club al que no la han dejado entrar. Podría estar basado en hechos reales: todavía tiene solo 17 añitos. Los cumplió ya convertida en una estrella pop, en un fenómeno que muchos no hemos visto venir. Hasta aquí ha llegado dejando atrás un reguero de singles que conecta con otras formas de expresión fragmentada de la generación post-millennial: son canciones-momento que tienen mucho que ver, por ejemplo, con las stories de Instagram. Eilish, tan pancha entre el drama total y la broma inocente, aprovecha ahora el formato álbum, un relato más tradicional por definición, para desarrollar una personalidad genuina de las que crean tendencia.

Este estreno no se parece a demasiadas cosas, pero es posible que los muchos truquitos de producción que esconde, cocinados en un estudio casero junto con su hermano Finneas, inspiren más de un disco en un futuro próximo. Innova en el paso (“xanny”) y en el galope (“bad guy”): siempre hay un giro, una vuelta, un quiebro. En sus manos, ni siquiera un formato tan sobado como la balada al ukelele (“8”) suena estándar. Todo aquí suena, sencillamente, a Billie Eilish. ∎

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