La lista de cantautores protesta estadounidense es amplia, desde Woody Guthrie a Oliver Anthony Music, pasando por Phil Ochs o, incluso, Bob Dylan. Pero si se trata de nombrar solo uno británico, es indudable que todos citaríamos a Billy Bragg (Barking, Essex, 1957), un chaval que contaba veinte años cuando, tras ver en directo a The Clash, decidió hacerse punk con una banda de vida efímera, Riff Raff, y después en solitario, actuando por las calles con el sobrenombre de Spy vs Spy, pero ganándose ser conocido entre la gente como “One Man Clash”, dada la ferocidad con que tocaba sus proclamas políticas contra Margaret Thatcher.
Este año se han cumplido cuarenta años de su debut discográfico, “Life’s A Riot With Spy Vs Spy” (1983), y Cooking Vinyl, el sello que publica sus grabaciones desde 1996 (y que se ha encargado de reeditar sus grabaciones anteriores), ha querido celebrarlo con un álbum recopilatorio titulado “The Roaring Forty 1983-2023”. El título hace referencia a “Los Cuarenta Rugientes”, una zona de fuertes vientos oceánicos situada por debajo del paralelo 40 del hemisferio sur de nuestro planeta, y que podría simbolizar el fuerte carácter combativo de las composiciones de Bragg. En su versión más comercial el disco incluye sus trece mejores temas/himnos, aunque se ha lanzado también una versión formada por cuarenta canciones, en tres LPs o dos CDs (y hay un homenaje completista en una edición limitada de catorce CDs: sus doce CDs oficiales más un CD de rarezas –maquetas, versiones alternativas y en directo– y “Rare And Previously Unreleased Recordings 1987-2015”, donde aparecen colegas como KT Tunstall, Joe Henry, Kirsty MacColl, Pete Seeger y tres de los integrantes de R.E.M., Peter Buck, Michael Stipe y Mike Mills, que colaboran en tres temas, más un libro de fotos).
Echando la vista atrás, es evidente que Bragg no solo es un activista comprometido y convencido, sino un mucho más que meritorio compositor, creador de himnos tan conmovedores como “A New England”, “Levi Stubbs’ Tears” o, sobre todo, “Between The Wars”, que expone las verdaderas responsabilidades existentes detrás de cualquier guerra. Como conocedor de la obra de Bragg, las trece canciones de la versión reducida se me quedan, evidentemente, cortas: a lo largo de cuarenta turbulentos años, Billy Bragg casi siempre ha sabido confiar en su sentido de los signos de los tiempos. Canciones como “Ideology” y “Take Down The Union Jack” advierten contra la ceguera ideológica y se oponen a toda forma de nacionalismo. “No One Knows Nothing Anymore” describe la impresión generalizada de pérdida de control en un mundo cada vez más complejo y abarrotado de noticias falsas. “Mid-Century Modern”, publicada en 2021 en “The Million Things That Never Happened”, plantea la cuestión de qué ha logrado su compromiso si ahora “Los crédulos están en cruzada contra la realidad / Y la libertad es solo otra palabra para actuar con impunidad”. Pero se atreve a criticarse a sí mismo: “Las posiciones que adopté hace tiempo me resultan cómodas como un viejo sillón / Pero los niños que derriban las estatuas me desafían a ver / El abismo entre el hombre que soy y el hombre que quiero ser”. Bragg es consciente, también, de que buena parte de su público sigue alzando sus puños cerrados durante “There Is Power In A Union”, pero no se siente apelado cuando Bragg defiende a las personas trans y sus derechos.
El hecho de que las cuarenta canciones de la versión doble CD/triple LP de “The Roaring Forty 1983-2023” formen un todo cohesionado –a pesar de los cambios estilísticos de solista con guitarra punk rock amplificada eléctricamente a amante de la música de raíces americana– se debe a que Billy Bragg nunca olvidó los aspectos interpersonales por encima de los políticos. “I Will Be Your Shield”, originalmente también publicada en “The Million Things That Never Happen”, es el tema final tanto del doble CD/triple LP como del LP sencillo (prensado en vinilo de color naranja). Una letra dice: “Cuando el mundo entero parezca estar contra ti / Y no sepas por qué / En la batalla contra tus demonios / Seré tu escudo / Cuando el mundo haya perdido todo su significado / Juntos, defenderemos nuestro amor” y recuerda mucho a “The Milkman Of Human Kindness”, la canción que abría su álbum de debut en 1983 con los versos: “Si te sientes solo, te llamaré / Si estás mal, te enviaré poesía / Soy el lechero de la bondad humana / Dejaré una pinta extra”. Las dos horas y veinte minutos del recopilatorio completo son como un concierto de Billy Bragg: escuchas lo que va mal en el mundo, sufres con él y sus seres queridos, pero luego te vas a casa con una sonrisa cómplice de optimismo: nada está perdido todavía. ∎