Álbum

Blur

The Ballad Of DarrenParlophone-Warner, 2023

Hace tiempo que Blur asumió que la etapa en la que todo parece eterno había tocado a su fin. Pero hasta ahora el cuarteto no había traducido ese sentir en un cancionero que reflejase el equilibrio de la mediana edad, el tiempo en el que lo sentimental sustituye a lo impulsivo y en el que la capacidad para componer surge más por inercia que por perseverancia. La explicación en largo de todo lo anterior se encuentra en “The Ballad Of Darren”, el noveno álbum de estudio de los británicos cuyo título alude a un íntimo guardaespaldas de la banda y que está repleto de medios tiempos, arreglos exquisitos y un contenido lírico impregnado por el poso que dejan las experiencias vividas.

Si el retorno de Blur con “The Magic Whip” (2017) estuvo impulsado por Graham Coxon, su trabajo más reciente tiene la impronta de los últimos álbumes de Damon Albarn. Más en cadencia que en producción, “The Nearer The Fountain, More Pure The Stream Flows” (2021) podría ser un buen punto de partida. El de llegada es el mismo en el que Arctic Monkeys aterrizaron con “Tranquility Base Hotel & Casino” (2018), con la lógica distancia impuesta por la trayectoria de ambas formaciones. Al igual que ocurrió con Alex Turner en aquel entonces, Albarn acepta el estatus de crooner con el productor James Ford como responsable de modular esa mutación en los dos casos.

Los dos primeros adelantos de este disco, “The Narcissist” y “St. Charles Square”, no habían sido significativos de lo que estaba por llegar. El primero por ser una versión más contenida de canciones con estribillos expansivos como “The Universal”. El segundo directamente por contener uno de los pocos guitarrazos herederos de los tiempos de “Jubilee” o “Chemical World”. El inicio de “The Ballad” es más esclarecedor. La conexión de Damon Albarn con David Bowie resulta más evidente que nunca y los coros celestiales y arreglos de cuerda, presentes en gran parte del álbum, le conceden una involuntaria aura de trascendencia.

“Barbaric” es la canción que mejor retrata la dimensión alcanzada por Blur para generar obras impecables sin aparentar el menor esfuerzo. Una composición en apariencia sencilla, con un estribillo que es una delicia pop alejado del término brit y un puente exquisito. Todo parece tan natural que hasta cuesta creer que la afirmación de su letra (“We have lost the feeling that we thought you’d never lose”) pueda contener un mensaje oculto, la admisión de que se está llegando al final del trayecto o de que el fecundo proceso creativo está salpicado por una cierta abnegación.

El tiempo dirá si los mensajes a modo de despedida o recubiertos de nostalgia de Albarn son un anuncio velado. “Far Away Island” parece una continuación a ritmo de vals del viaje a la isla de Lantau que en su disco anterior musicalizaba en la luminosa “Ong Ong”, pero ahora el entorno es más melancólico (Far away island, I miss you / I know you think I must be lost now, but I’m not anymore”). La misma orientación tiene “The Evergaldes (For Leonard)”, que comienza desnuda con la guitarra de Coxon, o el cierre intimista de “The Heights”, otra de las joyas del disco que cuenta con un difuso estribillo: “Seeing through the coma in our lives / Something so bright out there, you can’t even see it / Are we running out of time? / Something so momentary that you can only be it? / So momentary”.

Tras los últimos versos, un espacio sonoro que comienza a rellenarse hasta el infinito concluye con un silencio inmediato que lo suspende. “Y ahora, ¿qué?”. Esa pregunta que parece quedar en el aire al final de “The Ballad Of Darren” es la que más cuesta responder. Pero más que divagaciones sobre lo que ocurrirá en el futuro con el cuarteto londinense, de si podrán recopilar momentos y reflexiones que sirvan para pavimentar una nueva ruta , es el momento de recrearse en su inagotable inspiración. La veta abierta en el fértil estrato de la madurez se salda con un nuevo puñado de melodías perennes. ∎

Etiquetas
Compartir

Contenidos relacionados