Álbum

Bob Mould

Here We Go CrazyGranary Music-BMG, 2025

Se podría esperar que el decimoquinto álbum de Bob Mould amplificara la furia mostrada en su anterior trabajo, “Blue Hearts” (2020), visto el estado actual del mundo, que es, objetivamente, mucho peor que hace cinco años. En realidad, claro, las canciones de este “Here We Go Crazy” se compusieron antes de que Donald Trump subiese por segunda vez al poder en su país, y reflejan un estado existencial más propio de un tiempo previo. Sin embargo, desprenden una inquietud, un malestar que él maneja casi como si de un manifiesto de autoayuda se tratara. En cierto modo, parece intentar transmitir cómo las circunstancias externas afectan a su paz interior.

Hay un recorrido argumental a lo largo de sus once cortes. “Here We Go Crazy” y, sobre todo, “Neanderthal” arrancan con una visceralidad eléctrica que se acompaña de palabras igualmente incendiadas. También hay momentos de reflexión sobre el propio acto creativo, como “Breathing Room”, que ya estrenó en sus conciertos en solitario del año pasado. En cuanto nos adentramos en la zona central del disco, temas como “When Your Heart Is Broken”, “Fur Mink Augurs”, el acústico pero no aplacado “Lost Or Stolen” y “Sharp Little Pieces” sugieren luchas internas con su pasado, con adicciones, depresiones y traumas. En cambio, la tríada final, formada por “You Need To Shine”, “Thread So Thin” y “Your Side”, reflexiona sobre la incertidumbre del futuro, la previsión de dolores y enfermedades, la propia mortalidad o un fin del mundo que no tiene por qué ser metafórico, encomendándose a buscar lo mejor de uno mismo en entregada compañía con la persona amada.

En esa búsqueda de la luz en la inevitable oscuridad, el músico ahora afincado en San Francisco muestra más vulnerabilidad que rabia o que el espíritu de canción protesta que alumbró su álbum anterior. Son dos caras, en realidad de la misma moneda, aunque el que fuera líder de Hüsker Dü y Sugar siempre ha tendido más a mostrar la más intimista. Podría echarse en falta una actitud más enfurecida, un cancionero más duro, un estilo menos acomodado en la fórmula que, desde 2012, tan bien tiene estabilizada en el power trio que completan Jason Narducy al bajo y Jon Wurster a la batería. No será este uno de los álbumes inolvidables de Bob Mould, pero siempre reconforta escucharlo. ∎

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