Musicalmente, Escocia nunca defrauda. Es una tierra que ha cosechado desde hace décadas una escena riquísima y ecléctica. Dentro del pop siempre nos sorprende que una región tan agreste, en lo que al clima se refiere, ofrezca una selección de bandas que buscan un sonido luminoso, que buscan el preciosismo o los grandes arreglos, como es el caso de Arab Strap, Teenage Fanclub, Belle & Sebastian o BMX Bandits. Esta búsqueda también interpela a compositores más jóvenes como C Duncan.
Christopher Duncan ha publicado cinco álbumes. El primero, “Architect” (2015), fue nominado a los Mercury Prize, y provocó cierto revuelo mediático generando buenas reseñas en ‘The Guardian’ o en la BBC. En su evolución ha ido buscando embellecer las canciones, capturando la melodía perfecta, el arreglo idóneo. En sus primeros discos quizá buscaba más la influencia electrónica en el pop que en sus últimos trabajos.
Con su anterior álbum, “Alluvium” (2022), cambió de sello (FatCat) y fichó por Bella Union (Beach House, Destroyer, Father John Misty, entre muchos otros). Optó por una versión más clásica (más sesentas y setentas) del pop. Con el reciente “It’s Only A Love Song” aflora más aún su apuesta por ese pop preciosista.
Arranca con la canción que da título al disco con un pop que suena espléndido y emocionante. “Lucky Today” desprende entusiasmo y una confesión vitalista. “Triste clair de lune” quizá pretende rememorar a Beethoven, e incurre en el universo de Burt Bacharach y otros grandes arreglistas. “Worry” es una pieza introspectiva soberbia que consigue cautivar con sus coros falsetes. “The Space Between Us” avanza en los límites del espacio y el sonido, y crea un torbellino de sensaciones. “Think About It” podría recordarnos al universo de Gruff Rhys, magnificándolo con un sonido orquestal. “Delirium” es quizá una de sus mejores canciones que mantiene esa premisa que expresa C Duncan cuando dice “me gusta la idea de algo romántico que casi duele”, y que conecta con el espíritu de nostalgia que transmite “Sadness”.
Con “Surface Of Fantasy” nos introduce en todo su imaginario pop, una bella fábula adornada con coros y una melodía contagiosa. “Reprise” suena a recordatorio de todo el poder de las canciones de amor, el concepto que canaliza estas once composiciones. La balada “Time And Again” despide un disco que exhibe amor por doquier por el clasicismo pop. Puede resultar un poco empalagoso para algunos, pero el logro compositivo es magistral. Un álbum que suena muy cinematográfico, a banda sonora del amor y de la pérdida. Con influencias confesas del cine de Jacques Demy, de Michel Legrand y “West Side Story”, del James Bond de Louis Armstrong y su “We Have All The Time In The World”, hasta The Carpenters o Scott Walker. C Duncan ha conseguido con este álbum llevar el pop a su máxima belleza, convirtiendo las canciones en un lugar donde sincerarse, donde protegerse, donde confesarse, rectificar y avanzar. Un disco en el que quedarse a vivir, porque hay demasiado ruido ahí afuera. ∎