Álbum

Cassandra Jenkins

My Light, My DestroyerDead Oceans-Popstock!, 2024

Durante un tiempo, Cassandra Jenkins creyó que An Overview On Phenomenal Nature” (2021) iba a ser su canto del cisne; se encontraba en un momento de confusión y se planteaba dejar de girar y publicar música. Pero la respuesta a aquel disco fue todo lo cálida que debió ser. Era difícil no quedar sobrecogido por aquella maravilla folk-ambient-jazz, colección de canciones escurridizas con tanto de amargo luto (uno de sus catalizadores fue el suicidio de David Berman, con quien Jenkins iba a girar como guitarrista de Purple Mountains) como de reconciliación con la vida.

¿Cómo dar continuación a algo así? Al parecer, hubo año y medio de salidas nulas y, finalmente, dos semanas de rabiosa inspiración en las que Jenkins reformuló todas las composiciones del brazo del productor, ingeniero y mezclador Andrew Lappin (L’Rain, Madison McFerrin). Le quedó un disco admirable, quizá algo menos inasible, indescriptible que el anterior, pero todavía con sus partes de spoken word, sus grabaciones de campo, su elemento arty… Su magia extraña, en fin. Podríamos hablar de un equilibrio entre el bastante directo Play Till You Win” (2017) y aquel tan libre “An Overview On Phenomenal Nature”.

La variada colección arranca con “Devotion”, folk doloroso desde el verso inicial: “Creo que has confundido mi desesperación con devoción”. La mala suerte amorosa se instala en el disco como leitmotiv ya en los primeros veinte segundos. Suena después la dinámica (sobre todo para los estándares de Jenkins) “Clams Casino”, especie de celestial homenaje a Tom Petty, un bello acceso rocker, igual que algo después “Aurora, IL”. En otras ocasiones, la neoyorquina parece mirar más hacia el sophistipop del otro lado del Atlántico, o asomarse al cauce de The Blue Nile, para ser precisos: la majestuosidad de Buchanan & co. resucita en “Omakase”, de cuya letra sale el título del disco (imposible no llorar con eso de mi amante / mi luz / mi destructor / mi meteorito”), y más adelante en el single Only One”, sobre un Día de la Marmota sentimental dirimido con el mismísimo Sísifo, al que pregunta: “¿Cuánto durará este dolor que tengo en el pecho?”. Aunque el tema suena tristísimo, un halo de ironía cubre su reflexión sobre el estrecho campo de visión que deja el mal de amores. También hay cierto humor en PetCo”, sobre el hábito de visitar una tienda de mascotas para apaciguar la soledad.

Entre lo más decididamente arty tenemos Delphinium Blue”, con Jenkins hablando casi más que cantando, siguiendo las enseñanzas de Laurie Anderson. También hablada es la misteriosa “Attente téléphonique”. Y en la emotiva Betelgeuse” enreda pianos y drones en la voz de su madre Sandra, profesora de ciencia, que comparte con Cassandra unos minutos de observación de los astros. Como en el gran disco que la reveló, Jenkins ve nuestras pequeñas vidas como parte de algo mayor, importante, misterioso; un proyecto demasiado fascinante como para rendirnos a la desesperanza, limitarnos a ver los días pasar, dejar de intentarlo. ∎

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