Delicatesen al canto: el escritor
Jean-François Mondot decidió, en la primavera de 2020, concentrar todo el universo del Nobel
Patrick Modiano en formato de canción. Una empresa nada fácil, seguro, pero que ha llegado a buen puerto discográfico con la colaboración de
Sébastien Boisseau (contrabajo),
Stephan Oliva (piano, Wurtlizer) y
Sacha Toorop (batería), además de la voz y las músicas (casi todas) a cargo de
Dominique Ané, aquí firmando con su nombre completo.
El resultado es una verdadera maravilla: trece canciones más una obertura y cuatro breves interludios instrumentales en las que todo el mundo del autor de “Los bulevares periféricos” (1972) –la pérdida y la búsqueda, las identidades falsas, la ocupación alemana en Francia durante Segunda Guerra Mundial, la posguerra, la niebla de los recuerdos y las esquirlas de la Historia, la delgada línea que separa la ficción de la realidad…– se destilan en hermosísimas partituras con protagonismo del piano de Oliva y el contrabajo de Boisseau, además de los delicados golpes de batería de Toorop. Y, por encima de todo, la majestuosa garganta de Dominique A, dotando de calidez, misterio y emoción a piezas como
“Épais brouillard”,
“Fugues”,
“Paris Sixties”,
“Café de l’oubli”,
“Algues et nénuphars” –de diez– o
“Rêve d’Italie”.
“Memento” es ¿jazz? ¿chanson? Sí, claro, y también un trabajo modelo sobre cómo sublimar todo un mundo literario en cuarenta y dos minutos, una invitación a leer (o releer) “Villa Triste” (1975) y “En el café de la juventud perdida” (2007) –dos ejemplos: (casi) todo Modiano es (o debería ser) asignatura obligatoria–, además de un nuevo triunfo (y no un paréntesis menor) en la intachable trayectoria de Dominique A. ∎