EP

Duele

VACACIONES QUÍMICASAutoeditado, 2025

El raca raca y el turbo: ambas cosas se combinan en “(sonido submarino)”, el corte que abre el primer EP de los tinerfeños Duele, tras la publicación de varias canciones desde 2022. El acelerón guitarrero de los Feelies o de Yo La Tengo se funde con el martillo pilón –de orientación kraut– de unos Schwarz en cuatro minutos y medio que ponen las cartas sobre la mesa. Lógico: Jorge Luis Amil a la guitarra y Javier Iceta a la batería conforman un power dúo en toda regla, de esos que exudan la misma contundencia que Japandroids, Cala Vento, Niña Coyote Eta Chico Tornado o Ex Fan. Pero lo hacen a su manera. Con sus armas. Con su factor diferencial: una lisergia que desde el título se inspira –confesamente– en los estados alterados de la conciencia descritos por Antonio Escohotado o Aldous Huxley. Si vivir duele (y al escribirlo caigo, de verdad, en que ellos se llaman así), mejor anestesiar la laceración con este derroche decibélico.

Es lo que ocurre en “BLOQUES DE CEMENTO”: chorrazos de noise al servicio de una melodía pop que recuerda –inevitablemente– a Los Planetas, y no solo por el escapismo. Y que se plasma también (especialmente por el deje vocal, un poco a lo J) en VAcaCioNEs QuíMiCaS, más inclinada hacia una veta electrónica. Podría ser un espeso mejunje, una abigarrada suma de nutrientes de digestión más que pesada, en sintonía con la saturación cromática de su alucinógena portada, pero Duele se las ingenian para que la concurrencia de aditamentos no aplaque la fluidez de sus canciones. Es algo que se aprecia también en “Mis amigas”, con la voz de Paula de Vega, en la onda de los Triángulo de Amor Bizarro, y en las intermitentes ráfagas de ruido blanco y suculento desconcierto que impulsa “Qué es lo que va a pasar ahora/V4C4C1ON35 QU1M1C45”. Produce Gustavo Molina y la edición física está en fulgente casete. Más de esta mandanga, por favor. ∎

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