Joan Wasser, aka Joan As Police Woman, desgrana en su último trabajo la mayoría de sonoridades por las que es reconocida desde que, hace casi veinte años, se quitara de encima la etiqueta de ilustre violinista y vocalista de acompañamiento (para Lou Reed, Antony And The Johnsons y Rufus Wainwright, entre otros) y empezara a recorrer su propio camino en solitario –formó parte de la banda The Dambuilders en la segunda mitad de los noventa– con discos tan interesantes y diversos como “Real Life” (2006), “To Survive” (2008) o “The Deep Field” (2010) y sus dos álbumes de versiones, “Cover” (2009) y “Cover Two” (2020) –en los que ha dado su visión de temas de David Bowie, Iggy Pop, Public Enemy, Nina Simone, Adam Ant, Sonic Youth, Neil Young, Prince, Cass McCombs, Gil Scott-Heron, The Strokes y Blur–, además de unirse a los músicos africanos Tony Allen (fallecido en 2020) y Dave Okumu en “The Solution Is Restless” (2021).
En “Lemons, Limes And Orchids” destacan por igual los temas ralentizados, de cierta resonancia de soul blanco, como “Full-Time Heist”, “Long For Ruin” o “Tribute To Holding On”, y aquellos de pop con más colorido sustentados en hedonistas cajas de ritmos y cuerdas sintetizadas, como “The Dream” y “Remember The Voice”. Su voz, única o doblada, seca o repleta de matices y secundada por unas cuerdas orientales, brilla especialmente en “Back Again” o en temas que, caso de “With Hope In My Breath”, apelan a la escritura de las toch songs. El arraigado sentido dramático de su música aparece en “Started Off Free” y “Help Is On It’s Way”. El bajo de Meshell Ndegeocello proporciona en algunos cortes un ingrávido toque de funk. La guitarra de Chris Bruce en el tema que da título al disco parece sampleada de Robert Fripp en una canción con atmósfera de Brian Eno (lo cierto es que es uno de los temas más bonitos). “Oh Joan” parece dar sentido al diseño de la portada del disco, con una foto de ella de perfil desdoblada en su propio reflejo frontal. Wasser sigue en su línea de texturas analógicas (los fondos como rumores lejanos de la canción “Safe To Say”), con los Wurlitzer, mellotrones, clavicordios, pianos acústicos y viejos sintetizadores como compañeros de viaje que tapizan los recovecos de su voz. ∎