Las auténticas músicas del mundo siguen surcando la propuesta de quien fuera alma mater de Dusminguet y La Troba Kung-Fú, aunque en el caso de este EP se puede decir que el corte estrella es precisamente una canción que ironiza sobre la anunciada muerte del rock’n’roll, algo que yo –particularmente– llevo escuchando desde que Bob Dylan, David Bowie y Bruce Springsteen andaban de capa caída a finales de los años ochenta.
“El rock and roll és mort” es indiscutiblemente pegadiza y jovial: parece un resultón cruce entre los Rolling Stones, Bob Dylan, Pulp y Primal Scream, si es que algo así es realmente posible, y los cito precisamente por este orden porque es tal cual van compareciendo cada uno de esos nutrientes. Una desclasada y burlona chanza, con su reprise y su final en slow motion, como si se le acabaran las pilas, sobre el teórico deceso de la liturgia de las guitarras eléctricas. O sobre su más que discutible ingreso en la esfera de las músicas de nicho. Es un pedazo de single. De libro. Y lo que más se distancia aquí de su anterior álbum, el primero bajo el alias de Joan Garriga i El Mariatxi Galàctic, “El ball i el plany” (2020).
Los otros tres cortes, que junto al primero dan título al EP, son quizá más fáciles de asignar a su tradicional canon, y redundan en la desprejuiciada amplitud de miras que siempre ha caracterizado al músico de La Garriga. “Et cantaré” es una rumba un poco onírica y de hechura afrancesada desde que irrumpe el acordeón, “Marxen lluny” es un vallenato que invita a alejar las penas (y con guiño a Josep Vicenç Foix en eso de “és quan dormo que hi veig clar”) y “Perquè” es una bachata existencialista dictada con desenvoltura y sin pretensiones. Vibraciones positivas y transfronterizas para tiempos oscurecidos por previsiones agoreras y rancios repliegues identitarios. Buena falta que hacen. ∎