Álbum

Joe Hisaishi / Royal Philharmonic Orchestra

A Symphonic Celebration. Music From The Studio Ghibli Films Of Hayao MiyazakiDeutsche Grammophon-Universal, 2023

Esta celebración sinfónica de las músicas de Joe Hisaishi para los filmes de Hayao Miyazaki –con hermosa portada en la que el inconfundible logo amarillo de la discográfica de música clásica Deutsche Grammophon se funde con un característico paisaje en delicados colores de Miyazaki– repasa lo más significativo de la colaboración anteponiendo la cadencia y progresión propia de cada tema a la evolución histórica. Las 29 composiciones aparecen sin orden cronológico: abre un fragmento de “El castillo ambulante” (2004) y le siguen uno para la versión inglesa de “El viaje de Chihiro” (2001), cinco de “Nausicaä del valle del viento” (1984), tres de “Nicki, la aprendiz de bruja” (1989), tres más de “La princesa Mononoke” (1997), otros tres de “El viento se levanta” (2013), cuatro de “Ponyo en el acantilado” (2008), dos de “El castillo en el cielo” (1986), solo uno de “Porco rosso” (1992), una larga variación sinfónica del tema inicial de “El castillo ambulante”, dos cortes de la versión japonesa de “El viaje de Chihiro” y tres para cerrar de “Mi vecino Totoro” (1988). Solo falta “¿Cómo vives?” (2023), la que se presupone es la despedida de Miyazaki de la dirección, y algunos de los cortos en los que trabajaron juntos, ya que tanto el primer largometraje del director, “Lupin III, el castillo de Cagliostro” (1979), como la serie televisiva “Lupin III” (1971-1972) contaron con otros autores musicales.

Por su parte, Hisaishi ha escrito las bandas sonoras de otros animes dentro y fuera de Ghibli –“El cuento de la princesa Kaguya” (Isao Takahata, 2013), “Los niños del mar” (Ayumu Watanabe, 2019)–, películas de imagen real realizadas por Yoji Yamada –“Una familia de Tokio” (2013), “La casa del tejado rojo” (2014), “Maravillosa familia de Tokio” (2016), “Verano de una familia de Tokio” (2017)– y un montón de videojuegos y series de televisión, pero su estilo ha madurado y crecido en su trabajo con Miyazaki en el campo de la animación y en las turbulentas ficciones de Takeshi Kitano, para quien compuso las músicas de “Sonatine” (1993), “Hana-Bi. Flores de fuego” (1997) y “Brother” (2000), entre otras (en 2001 apareció un recopilatorio de las colaboraciones entre ambos, “Joe Hisaishi Meets Kitano Films”).

No es la primera vez que un disco concentra la andadura de Hisaishi al servicio de las fantasías animadas del director de “El viaje de Chihiro”: en 2008 se publicó el CD-DVD “Studio Ghibli 25th Anniversary Live Concert”, en el que el compositor, al frente de una nutrida orquesta y coros, ya resumió su estrecha colaboración con Miyazaki. “A Symphonic Celebration. Music From The Studio Ghibli Films Of Hayao Miyazaki”, editado en doble vinilo y en doble CD, le añade el fulgor de una nueva grabación registrada en Londres con la Royal Philharmonic Orchestra, con arreglos distintos y la participación de la inglesa Grace Davidson (voz soprano), el israelí Avi Avital (mandolina) y el coro británico The Bach Choir.

Precisamente Davidson le confiere un tono suave, celestial, a la versión en inglés de “One Summer’s Day (The Name Of Life)”, pieza estrella de “El viaje de Chihiro” y uno de esos fragmentos de Hisaishi un poco empalagosos pero que, tanto con Miyazaki como con Kitano, funcionan como oposición a las fantasiosas o violentas imágenes creando un contraste muy particular. Donde más brilla esta remozada grabación es en los cinco temas encadenados de “Nausicaä del valle del viento”, con el carácter juguetón de los coros en “The Distant Days”, la inspiración de la “Sarabande” de Händel en “Nausicäa Requiem” o el efusivo crescendo de “The Bird Man”. Las cuerdas suenan alegres, pellizcadas, en la partitura de la infantil historia de la aprendiz de bruja Nicki para transformarse en una jovial fanfarria y concluir con el evocador violín de Stephen Morris, el primer violinista de la Royal Philharmonic Orchestra.

De una tensión mucho más dramática y una melodía que recuerda al Ryuichi Sakamoto cinematográfico es “The Legend Of Ashikata”, e impetuosa es la cabalgada de percusiones, cornetas y coros de “The Demon God”, dos de los tres cortes aquí interpretados de “La princesa Mononoke”, la más armónica, en cuanto a equilibrio de música e imágenes, de las colaboraciones entre compositor y cineasta. “A Journey (A Dream Of Flight)” y “A Journey (A Kingdom Of Dreams)” –de la poética y aeronáutica “El viento se levanta”– son otras de las joyas de la corona, con sus ágiles arpegios de mandolina y aires meridionales. Si la música de “Ponyo en el acantilado” bascula entre el lirismo y el arrebato orquestal, con un número final cantado que no desentonaría en un espectáculo de Broadway, “Bygone Days” –lo único seleccionado de “Porco rosso”– es un ensoñador blues con piano, fiscorno y clarinete. Tiene su lógica emocional terminar con “Mi vecino Totoro” y hacerlo con los temas que abren y cierran el filme, los animados y resueltos “Hey Let’s Go” y “Tonari no Totoro-Ending Theme”. ∎

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