Álbum

Kevin Morby

Music From Montana StoryDead Oceans-Popstock!, 2023

Después de un (a veces) bullicioso “This Is A Photograph” (2022) bajo el influjo del góspel y el soul vintage, Kevin Morby exhibe de nuevo sus maneras contemplativas en su música para “Montana Story” (Scott McGehee y David Siegel, 2021), drama doméstico disfrazado de neowéstern que, tristemente, no llegó a verse en nuestras salas, pero sí que puede localizarse como compra digital.

Los autores de “En lo más profundo” (2001), estimable readaptación de la historia de Elisabeth Sanxay Holding que ya había dado pie a “Almas desnudas” (Max Ophüls, 1949), explican aquí con paciencia el reencuentro de dos medio hermanos (Owen Teague y Haley Lu Richardson) en el rancho de Montana donde crecieron y sobrevivieron a los abusos de un padre ahora comatoso y al que no saben si quieren cuidar. Hay muchas razones por dar, silencios por dejar de guardar, abrazos por regalar.

Gracias a los buenos de McGehee y Siegel, Morby cumple por fin su sueño confeso de poner banda sonora a una película. Aunque se podría decir que, en cierto modo, ya lo había hecho: ¿o no era el videoclip de su “Don’t Understimate Midwest American Sun” una pequeña película, una “París, Texas” (Wim Wenders, 1984) en miniatura?

El disco resultante dura tan solo 18 minutos, pero es que “Montana Story” es una película, como decíamos, llena de silencio, y en la que todo se dosifica bastante sutilmente: desde la información sobre la situación familiar o financiera de los protagonistas hasta la música de Morby (y su colaborador Rob Barbato), que raramente se hace notar y puede llegar a ser imperceptible. Salvo con algún pequeño discurso de Cal (Teague), no podemos hablar aquí de sobreescritura. Como tampoco podemos decir que la música sea intrusiva; más bien todo lo opuesto, casi un ligero velo, salvo en esa belleza épica con mandolina llamada “Mando Theme”.

El tema principal, en esencia unas pocas notas de piano, adorna sutilmente un momento de insomnio de Cal en la que fue su habitación de niñez y adolescencia. Y una leve variación de esa misma pieza, el reencuentro de Erin (Richardson) con un querido caballo con sus mismos años (25), que en años de caballo empiezan a ser muchos. El insomnio de nuestra heroína (ella tampoco se reinstala en casa como si nada) está acompañado por la guitarra solitaria de “Darkness Of Night”.

Junto a estos sutiles y breves instrumentales se incluyen algunas canciones, como el dúo con Waxahatchee “One Paper Kid”, versión del tema popularizado por Emmylou Harris y Willie Nelson en 1978, que también suena en la película, o “Like A Flower”, la canción de los créditos finales, cuyo vídeo, por cierto, han dirigido también los autores del filme. Un álbum más largo y completo incluiría también “Oh My God”, tema titular del antepenúltimo álbum de Morby, o pequeñas joyas de Buffy Sainte-Marie y The Weather Station con Daniel Romano. “Montana Story” es una película agradable de ver, pero sobre todo de escuchar. ∎

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