Álbum

klark sound

This Is MusicPublic Access Group, 2025

Las raíces de klark sound no son las asociadas con el éxito, con la creatividad sin límites, ni siquiera con el cambio sistémico, o al menos de momento, pero damos las gracias infinitas por habernos topado con él. De hecho, siendo honestos, pocos artistas cubren estos estándares. Hablamos del proyecto en solitario del músico y multinstrumentista Clark Hamilton, originario de Atlanta, Georgia. Bajo la etiqueta de rock progresivo y folk-rock, su sonido fusiona desde hace más de diez años lo acústico y lo eléctrico, con matices de jazz y bossa nova, pero siempre evocando la amplitud del espectro sonoro que definió las décadas de los sesenta y setenta.

Antes de 2020, klark sound operaba bajo el alias de Stranger Sounding. También es miembro de Improvement Movement, una enigmática agrupación de pop psicodélico con una formación rotativa de músicos. Hasta ahora la obra de klark sound nos ha dado “Artifactory” (2020), “Betacam EP” (2020), “Where Music Goes” (2021), publicado en seis partes, y “What Is Music” (2024), con apariciones estelares a lo Frank Zappa, pero hoy estamos aquí bendecidos por su último e inmediato trabajo, “This Is Music”.

Esta obra destila reflexiones y experiencias emocionales en un formato más acústico, conciso y directo, reflejando su evolución como compositor y cantante, afinando su voz y su narrativa. Te recordará especialmente a Nick Drake, pero también a Joni Mitchell, Bert Jansch, Elliott Smith o José González. Por supuesto, entra Caetano Veloso en el pack. Su voz es honesta, a veces parece hasta que luchara por grabar todas las canciones, pero esa es una de las bondades que respira este trabajo. Es crudo, es sombrío y es hermoso. Hay angustia y alegría. Con una voz suave y letras poéticas, se desliza sobre una impresión minimalista. Ha sido grabado, mezclado y masterizado por Charlie Chastain, productor musical, músico y compositor estadounidense que ha trabajado en proyectos para una amplia variedad de artistas, incluyendo a B.B. King, R.E.M., Pierre Bensusan o Ringo Starr.

El tema que abre el disco deja claro desde el primer momento dónde te estás metiendo y por qué merece la pena quedarse. Durante casi un minuto, la guitarra marca el terreno antes de soltar las primeras frases, directas y contundentes, que exploran un estado de agotamiento existencial en versos como “Echoing I’d rather sleep it off?”, “Very trick of chance I’m losing luck” o “It seems the grace of age has caught me up?”.

En este ejercicio de síntesis, que bien merece su casi 30 minutos de atenta escucha, hacemos la primera parada en su cuarto corte, “See Me”, una de esas canciones que se instalan en la garganta con la melancolía de lo inevitable. Aquí, Clark se mueve en la delgada línea entre la ternura y la fatalidad, el amor y su imposibilidad, con una melodía que se le reveló entre lágrimas y una progresión armónica que juega con el equilibrio entre la resolución y el extravío. Lo más brillante de “See Me” es que sugiere ese instante en el que uno comprende que, a veces, querer de verdad significa dejar ir. Y en ese gesto hay una belleza devastadora. Otro tema remarcable, y donde se deja entrever su prisma más Caetano Veloso, es “Song For Pablo”, una canción ligera pero sincera donde Hamilton convierte una broma matutina en un himno íntimo, apoyado en la calidez de una guitarra flamenca de ciprés que le regaló su padre en España. Hay algo de nana cósmica en esta pieza, una serenidad que recuerda a los cantautores clásicos sin perder el trazo melancólico que define la música de klark sound.

Por otro lado, en “Heavy” pareciera que te rencontraras inicialmente con la fórmula de “Thirteen” de Big Star, pero este se centra en la muerte que lo rondó a los 15 años. Es una confesión envuelta en acordes de aire litúrgico: “Hay una extraña solidaridad en el terror y el trauma personal”, explicó Hamilton en su cuenta de Instagram, como un puente invisible entre quienes han rozado el abismo y han vuelto para contarlo. El disco nos dice adiós con su tema de cierre, Bother”, y frases como “Now that I’ve said my peace, I’m ready to sleep”. Es una pieza melancólica, pero con un aire de ternura y resignación que se siente como una secuela de “See Me”, concluyendo con “I think the world of you was the first to see me / See me, see me, see me”.

“This Is Music” todavía no está afilado a la maquinaria de ninguna discográfica grande ni mediana y nos encanta que sea así. Este álbum mantiene una profunda conversación de corazón a corazón con todos los que entran por su puerta. Es grandioso, catártico y capaz de provocar momentos desgarradores. Abran esta puerta y juzguen por sí mismos. ∎

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