Reedición

La Banda Trapera del Río

La Banda Trapera del RíoPerfil-Divucsa, 1992
“No os daremos tiempo a la crítica. Tocaremos por cojones, tocaremos lo indecente. Vais a oír ruido fuerte y contundente”. La Banda Trapera del Río. Este es el disco ideal para derramar líneas y más líneas de sentimientos nostálgicos; para salpicar frases con tópicos que evocan un tiempo pasado, no necesariamente mejor, pero sí menos falso y aparente.

Antes de su actual reedición, el álbum de La Banda Trapera del Río, editado por Belter en 1979, era uno de esos incunables imposibles de adquirir fuera del círculo de los coleccionistas más avispados. Sin embargo, las grabaciones caseras pasaban de mano en mano. Quien más quien menos conocía aquello de “Nacido del polvo de un borracho y del coño de una puta”, se identificaba con la ciudad satélite con metro al lado de casa y barro hasta el pantalón, o se dejaba atrapar una y otra vez por la crudeza de “La regla”, aquel brutal despertar a la vida, chillado más que cantando. Punks cuando aquí no había; malditos por origen, definición y convicción; radicales suburbanos en años de carencias reales; convulsiones amargas que expresaban rabia, sufrimiento y resignación.

Así eran Morfi, Tío Modes, Raf Pulido. La oveja negra en un rebaño estúpido que nunca les perdonaría haberles mostrado la otra cara de la opulencia. Curriquis de barrio confusos y atormentados, como su música. Ritmos desquiciados, primitivos. Guitarras enmarañadas, arriba y abajo, cortadas como la garganta de Morfi, sin continuidad, como ellos mismos. Viscerales. ¿Rock urbano? Rock intenso, sucio, amargo, perverso. Pioneros de casi todo, hasta del rock catalán con “Ciutat podrida”, retrato cruel cantado en el catalán de los bloques verdes. Volver a escuchar canciones como “Meditación del Pelos en su paja matinera” o “Venid a las cloacas” refuerza aún más su vigencia. La distancia juega a su favor. Únicos, efímeros. Morfi lo intentó en solitario, pero la losa no lo sacó del pozo. Ahora vuelve con Vox Animal. Tío Modes y Raf Pulido retoman “Ciutat podrida” con el Oficial Matute. Y hasta La Perrera recupera el “Curriqui de barrio”.

“Entonces a quién matarías, al padre o a la madre. O a la puta sociedad que permite estos fraudes. Siempre paga el mismo, siempre paga un don nadie”. 

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