Álbum

La Unión

Mil siluetasWEA, 1984
Este es uno de esos descubrimientos agradables que 1984 ha traído consigo. Nacho Cano y Rafa Abitbol, los productores, se lo tenían muy callado. De pronto, sin saber cómo ni por qué, comenzó a sonar por todas partes ese “Lobo-hombre en París” –historia de magos, lunas llenas y señoritas del viejo París–.

La clave del éxito de La Unión fue la sorpresa: nadie esperaba un tema tan redondo, tan exquisito, tan genial en ese momento y de un grupo absolutamente desconocido. “Lobo-hombre en París”, homenaje a Boris Vian en el 25 aniversario de su muerte, no era la típica canción estándar del pop español pasado por el túrmix de la multinacional, pero poseía una cierta comercialidad y un encanto que caló rápidamente en la gente.

El estilo del cuarteto es bastante singular dentro del pop nacional. Casi todo son piezas cortas, que comienzan en calma y que tienen en su interior dos o tres momentos de clímax. La peculiar voz de Rafael Sánchez, el cantante, caliente y apasionada, tiene también sus momentos cumbre en cada tema.

“Sildavia” (historia de un país utópico e imaginario), “Cabaret” (la atmósfera cargada y decadente, antípoda de “Sildavia”), “Mil siluetas” (encuentros en la oscuridad), “Eclipse total” y “Mujer cosmopolita”, junto con las dos canciones del maxi estrella –“Lobo-hombre en París” /“Voracidad” /“La niebla”–, son los mejores momentos de este gran LP, que vuelves a descubrir a cada nueva escucha, sin que llegue nunca a cansarte. ∎

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