Luis González –Caballero Reynaldo–, capo resiliente de Hall Of Fame, hogar discográfico de Malcolm Scarpa durante la segunda mitad de los años noventa, ha decidido reeditar el primer álbum como solista del autor madrileño originalmente publicado por Triquinoise en 1993 –“Doin’ Our Kind”, junto a Ñaco Goñi y Los Jokers, le precedió por solo un año–. González, infiltrado hasta las trancas del arte escaramuza filosófico-humorístico del maestro –con permiso de Frank Zappa y Leon Redbone–, grabó, mezcló y produjo junto a él “Malcolm Scarpa” (1993), además de tocar el bajo y alguna percusión en un puñado de cortes. Su colaboración se dilató durante años, incluso le dedicó una trilogía “reynaldesca” de versiones entre 2007 y 2011 recopilada en un audio-libro, “The Malcolm Scarpa Songbook” (2012). Tras la triste desaparición de Scarpa en 2022, asume ahora la remasterización de su legado.
En esta recuperación de 30º aniversario, nos encontramos entonces con un suculento digibook de tres CDs repartidos de la siguiente manera. El primero contiene los veintiséis temas de la edición original. Un clásico acrónico que bebe con libérrima elocuencia de cierta bohemia que aún persiste en un imaginario colectivo generacional al que extrañamente pertenecía un Scarpa que, por edad, quizá le tocaba más cosas como el punk o el post-punk. Pero su anglófilo y disconforme malditismo apuntaba a gente como Marc Bolan –“Crazy About You”–, Big Star –“Lies”–, Randy Newman –“There She Goes”, “Too Far”–, casi Syd Barrett –“The Girl From Greenville”–, Duane Eddy –“My Teenage Queen”–, algo nacional –“Domingo en el parque”–, también de exótica –“Magaria”, otro de los instrumentales que trufan el disco–, incluso Bill Fay –“Now Our Ducks Are Swans”–, Mort Garson –la nostálgica “A Floating Tombola”, que cierra el disco y remite al viejo negocio de su familia, potente fertilizante de experiencias que también ilustra la portada del álbum– o, por supuesto, Incredible String Band y The Kinks con esa pizca tan particular de Tin Pan Alley –“Your Name”– que gente como Luis Prado o el propio Caballero Reynaldo has explorado con abundancia de sonrisas y lágrimas.
El lo-fi de “Malcolm Scarpa”, “fi” de finura y perfeccionismo aunque se grabase todo en un “armatoste” de doce pistas llamado AKAI MG 1241, no puede resumirse en estas cuatro líneas. Lo mejor es perderse en su proteico y generosísimo, casi inabarcable, repertorio que Luis González sazona con el añadido de catorce cortes inéditos –“Watch Where You’re Going” podría ser un descarte de George Harrison– y tomas alternativas. Un segundo CD recopila veinticuatro tomas en directo, faceta que aparca al Malcolm Scarpa, con y sin comillas, más pop para penetrar en un repertorio folk-blues que González logró salvar para la posteridad con su DAT portátil de Sony –adquirido en Andorra por su mánager, Emilio Maldonado, a quien le corresponde por tanto este cachito de crédito–. Todo el material procede de algunas actuaciones que Scarpa dio durante 1993 en diferentes garitos de la ciudad de Valencia, incluido Benimaclet, conservado en prístino estado al estar grabado directamente de la mesa. Merle Haggard, John Lee Hooker, Hank Williams, Jimmy Cox o Louise Johnson conviven con un buen puñado de originales de Juan Manuel Morilla Scarpa, un tipo dotado de la autenticidad teatral que solo poseen los genios.
Y llegamos al tercer CD, esta vez dedicado a las maquetas. Son diecinueve, con estampas fascinantes como “Talgo París-Madrid”, un corte desmelenado que se suma a siete inéditos más, si no cuento mal, muestra de la elocuente creatividad de un personaje que se alinea sin ruido superfluo junto a esa estirpe de heterodoxos que nuestro acomplejado país ha logrado parir a lo largo de las décadas entre los que también se encuentran Vainica Doble, Sisa o Emilio José. Así que no lo duden mientras dure el stock porque solo se han fabricado 150 unidades. Hall Of Fame se lo servirá a domicilio con mucho gusto, gran contenido y sin gastos de envío. ∎