Marcelo Criminal

Como si se tratase de Stephin Merritt, Marcelo Criminal se autoimpuso un par de reglas en la construcción de su nuevo EP: que todas las canciones se interpretasen con voz y casiotone y que los títulos fuesen los mismos de programas de televisión muy conocidos. El resultado, en realidad, no recuerda tanto a The Magnetic Fields como a lo que podría haber hecho su paisano Parade. No hay distanciamiento irónico ni ningún indicio de que Marcelo no sea fan de los cuatro espacios que nombran sus temas: “Cine de barrio”, “Cuarto milenio”, “First Dates” y “Saber y ganar”, aunque, al final, los títulos acaben siendo meras excusas para hablar de otras cosas.

Recuerdo a un profesor mío de EGB que, tras poner a la clase un ejercicio de redacción de tema libre, vio cómo la inmensa mayoría nos inspirábamos en series o programas de televisión (yo mismo, en Jordi Hurtado en “Si lo sé, no vengo”). El docente se escandalizó diciendo que cómo podíamos tener la cabeza tan colonizada por la caja tonta. El artista murciano es de otra generación posterior, se supone que menos influida por aquel medio, pero hay en él un espíritu un tanto nostálgico, como de persona un poco mayor de lo que podría indicar su edad real. Ese tono se desprende de “Cine de barrio”, donde se pregunta qué fue de Carmen Sevilla y Pepa Flores y de sus abuelos, pero también de las películas de terror que él iba a ver al cine de su barrio, que ahora es un gimnasio. 35 años después, Marcelo está mostrando el mismo espíritu, si acaso más amargo, que Joan Manuel Serrat con “Los fantasmas del Roxy”.

Los cuatro temas están secuenciados con tanta habilidad que, en realidad, podrían ser la misma canción, como una gran pieza en cuatro movimientos. Los dos centrales, en los que son mencionados Iker Jiménez y Carlos Sobera, son los menos inspirados, pero el mejor es el cuarto, porque, además, parece cumplir la función de refutar lo que decía el primer corte. Marcelo toma al programa conducido por Jordi Hurtado como símbolo de lo que permanece. “Con todo lo que cambian las cosas / y hay cosas que nunca cambian”, canta antes de afirmar que lleva ahí pegado a la tele desde 1997 –el año en que él nació– y, tras decir que le dan ganas de rapear, termina rapeando. “No quiero cambiar / pero el tiempo sigue / y nada sigue igual”, concluye a modo de pensamiento existencial. El EP está disponible en casete y streaming y cuenta con una maravillosa presentación gráfica a cargo de Valeria Xiu. ∎