El que fuera cantante de Screaming Trees se esconde tras una portada de riguroso negro y una supuesta banda que no son más que los amigos necesarios en cada canción. Su grave vozarrón se deja envolver por un piano crepuscular que lo acerca a Leonard Cohen en
“When Your Numbers Isn’t Up”, para acto seguido encontrarse con el de Polly Jean Harvey en ese blues polvoriento y contagioso que es
“Hit The City”. El acompañamiento es sobrio con aditamentos electrónicos –cajas de ritmos, sintetizadores, cintas manipuladas– que ponen al día el viejo blues de toda la vida:
“Methamphetamine Blues” (con un coro mixto de seis voces que incluye a Greg Dulli),
“Like Little Willie John” y
“Diving Death Valley Blues”. En
“Bombed” se queda a solas un minuto con Wendy Rae Fowler, cuya voz de apoyo se esparce por todo el disco.
“Strange Religion” es una especie de góspel donde todos cantan, incluso Izzy Stradin y Duff McKagan (ambos ex Guns N’ Roses). Hay furia eléctrica (
“Sideways In Reverse”) y contención semiacústica (
“Come To Me”, otra vez con PJ Harvey), las dos caras de un mismo blanco y negro. Y muchas y buenas guitarras, como las de David Catching, el propio
Lanegan –y su compañero en Streaming Trees, Mike Johnson– y los coproductores Chris Goss y Alain Johaness.
Un disco de fondo, grabado a lo largo de dos años en cantidad de sitios, pero que sabe mantener un mismo color con multitud de matices de principio a fin; negro, claro. ∎