Reedición

Martha Wainwright

Martha WainwrightReport Card Music Inc., 2025

Pasan los años y la (enésima) escucha del debut de Martha Wainwright siempre sorprende, siempre emociona. ¿Cómo pudo la hija de Kate McGarrigle y Loudon Wainwright III aterrizar discográficamente con tantas canciones que parecían versiones de clásicos que han existido siempre? Hablo de “When The Day Is Short”, de “Bloody Mother Fucking Asshole” (dedicada, ojo, a su padre), de “Factory”… Una razón debe ser genética; la otra, quizá aún más importante, el hecho de que Wainwright no era en realidad ninguna recién llegada. Este álbum de debut era el colofón a una década de ensayar, de tocar en bares, de grabar maquetas en el estudio para casetes y EPs, de hacer coros para su hermano Rufus, etcétera. Tampoco era una novata en la materia del amor, como quedaba claro en esas letras de dramatismo creíble y en los altos y bajos de una voz voluble, gloriosamente expresiva, desencadenada.

Curiosamente, los sellos no se pelearon por Wainwright y este disco apareció finalmente en una pequeña indie, MapleMusic Recordings, en abril de 2005. Coincidiendo con su 20º aniversario, su emotivo cruce de folk, country, jazz, rock y chanson puede escucharse en vinilo por primera vez. La versión digital es todo un festín: incluye, además de los tres temas extra de la edición especial –ese primer dueto con Rufus llamado “Bring Back My Heart”, “Baby” y una gran versión de “Dis, quand reviendras-tu?”, de la sublime chanteuse Barbara–, una larga colección de rarezas y versiones alternativas grabadas durante esa década de exploración que le permitió hacer un debut impresionante.

Hablamos de todo un álbum nuevo, “Outliers”, disponible en CD solo en Canadá y que se puede adquirir por separado en digital. Algunos temas ya estarán en el archivo de los más obsesivos completistas: “The Car Song” aparecía en la casete “Ground Floor” (1997); “Pretty Good Day”, cover del tema antibélico de su padre, en el EP “Bloody Mother Fucking Asshole” (2003). Pero, en su gran mayoría, son canciones por escuchar, documentos sorprendentes de los días en que Wainwright fue protegida de Nicholas Hill, influyente DJ radiofónico de la WFMU de Nueva Jersey, su primer mánager y productor y un hombre determinante también en la carrera de Jeff Buckley o el redescubrimiento de Karen Dalton a finales de los noventa.

Hill produjo temas aquí recogidos como “Can You Hear Me”, “The Sex Song” o “Factory #2” (en este caso con Rick Chertoff, colaborador de Cyndi Lauper), que igual no están tan bien cantados ni escritos como otros que llegarían después, pero muestran ya a un talento en ebullición, difícil de contener. En otras canciones fueron Kate y Anna McGarrigle y un productor de ambas, Michel Pépin, quienes ayudaron a la artista en ciernes. De esta unión tan familiar surgieron la citada “The Car Song”, la maqueta (bien lustrosa) de “When The Day Is Short” o una “Our Love” en la que Wainwright parece mirarse en el espejo dulcemente melancólico de Natalie Merchant. Pero quizá el mayor goce sea poder escuchar “Far Away” en una toma grabada con Garth Hudson, legendario teclista de The Band. ∎

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