Álbum

Master Peace

How To Make A Master PeaceJasmine-Popstock!, 2024

En su álbum debut, Master Peace trata de crear un manual de instrucciones de la obra maestra: “How To Make A Master Peace” es el título de su compendio nostálgico, a caballo entre el punk californiano y el indie de comienzos de 2010. ¿Cuáles son los elementos que debe tener una obra maestra? Para su autor, parecen estar bastante claros: el punto justo de electrónica, algo de funk, resquicios de la Costa Oeste y un poco de los hermanos Gallagher.

Decía Peace Okezie –el nombre real de la persona que se esconde tras Master Peace–, en una entrevista con ‘NME’, que con su álbum de debut buscaba un reseteo cultural dentro de la generación Z. En cualquier caso, “How To Make A Master Peace” no supone el punto de partida de un hipotético futuro, porque es bastante fácil seguir la pista de influencias que lo construyen. De este modo, el artista no juega a la deconstrucción estilística de los pilares sobre los que se fundamenta, sino más bien al collage. Una lectura en diagonal del popurrí indica que dicho cultural reset es, en realidad, una apología de la guitarra eléctrica, la distorsión, el overdrive y los pogos consentidos: en este caso, el peso del sonido recae en el britpop más futbolero (y el indie rock que vino después) o el skate-punk de Los Ángeles. En definitiva, su marco teórico no supone un nicho tan pequeño como para que el debutante marque un antes y un después, pero no por ello su ópera prima es menos interesante. Okezie logra comprimir casi todas las tendencias del indie rock en una cápsula a futuro que no suena desfasada.

“LOS NARCOS”, el tema con que abre su álbum, es un himno hooligan que bien podría flipar a cualquier aficionado a la Premier League y, si acaso se acerca a la tendencia de los nuevos cabecillas de la escena (Sleaford Mods), lo hace en la instrumentación de sus graves (si bien prefiere mantenerse en un entorno más cercano a The Hives). Algo similar sucede con “Lodge”, cuya caja de ritmos algo más contemporánea es eclipsada por el rock alternativo dosmilero. De este modo, en los primeros minutos del trabajo observamos una filia claramente británica que culmina en el tercer tema: “Panic 101” recuerda inevitablemente a Oasis en sus estribillos y a algo de L.A. pop punk en las estrofas. Por su parte, “Start You Up” está construida sobre una base de funk cuyo molde se repite en “LOO SONG”, e incluso en “I Might Be Fake”, con Georgia en el featuring, la canción más electrónica del disco; no hay ninguna tendencia posterior a 2015: su mayor hit es un ejercicio de dance british a caballo entre Tom Vek, Passion Pit y Bloc Party (de hecho, varios fans han apodado a Master Peace como el nuevo Kele Okereke).

De este modo, “How To Make A Master Peace” se convierte en un ejercicio de estilo camuflado (pues es, en realidad, un ejercicio de varios estilos). Así, su tracklist se articula como una red de nodos que confluye en el tríptico britpop/dance alternativo/nu-funk afrancesado: a medida que las canciones se acercan a un núcleo, se alejan del contiguo. En ese deseo por aunar en un único trabajo todos sus recuerdos sonoros infantiles, “Heaven” se alza como su propuesta más moderna, al encarar el electro-house revisionado desde perspectivas más orgánicas.

Su afán por crear el “manual de instrucciones de la obra maestra”, en conjunción con lo que el autor considera el medio para ese fin, parecen situar a Master Peace como un romántico del pasado: por supuesto que hay tradición guitarrera en la generación Z, pero si Okezie habla de cultural reset, será que en su socialización primaria no llegó a conocer una escena afín. No, lo cierto es que las guitarras nunca van a volver… porque, en realidad, nunca se han terminado de ir. ∎

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