EP

Mozart Estate

Relative Poverty / Record Store DayCherry Red, 2022

Lawrence vuelve a la carga, más escuchimizado que nunca –creemos que solo ingiere té–, pero con fuerzas renovadas. El efebo superferolítico de Felt metamorfoseado en abyecto urbanita luciferino regresa con progresos de oferta. Para empezar, ya no quiere tener una banda de “caras B” como lo fue Go-Kart Mozart durante más de veinte años. Según Lawrence, Mozart Estate –en referencia a un área conflictiva del oeste de Londres, al norte de Portobello Road– contiene más agallas y empaque. También estaba harto de que lo confundieran con unos niñatos yanquis que usaban el mismo nombre.

Otro cambio es la actitud de Lawrence hacia las redes. Ahora se expone en Twitter, Facebook y “Lawrence Land”, su web oficial. Pero lo hace bajo una premisa innegociable: nunca interviene directamente y nada de contestar a los fans. Algún alma caritativa se ocupa del trabajo sucio con la única misión de que la parroquia se gaste la pasta en sus productos. Hace poco participó en un rastro para vender libros de su propia biblioteca. Se anunciaba así: “No se hará selfis contigo, no te dará la mano, ni te besará en la mejilla, ¡pero puedes conseguir un pedacito de él!”. En su página ofrece t-shirts de alta calidad, carpetas con 7” exclusivos y material gráfico, o el fastuoso single que ahora reseñamos.

Maestro en manejar los tiempos revistiéndolo todo de un sentido de la oportunidad que solo él conoce, Lawrence nunca fue una paradoja “táctil” aunque para el pop solo contemple los formatos físicos. También alberga obsesiones adolescentes. Esta es la imagen que le gusta cultivar de sí mismo: fíjense en el avatar-manga que utiliza en redes para camuflar las arrugas el muy truhán, o en su nueva musa “Ella” Rose Johnson, protagonista de los espléndidos clips de bajo presupuesto destinados a sus dos últimas canciones. Los esgrime como peregrina razón de ser de este diez pulgadas tan parco en material sonoro como cuidadosamente diseñado para su entusiasta cohorte de fans.

Relative Poverty” ocupa la cara A. Se trata de una versión mejorada del mismo corte publicado en “Mozart’s Mini Mart” (2018), su anterior álbum como Go-Kart Mozart, trabajo concebido en su día como mini-LP. Lawrence se disfraza de golfante tipo “My Fair Lady” y enfatiza aún más su interpretación vocal, sustituyendo él mismo a la voz original invitada del principio recitado. También elimina el kazoo del final, además de añadir un toque R&B que casa bien con los aires de musical West End y del music hall pendenciero de la renovada pieza. En esa misma tradición, el cronista no se queja amargamente de su precariedad subsidiada, sino que se ríe sardónicamente de ella vertiendo su habitual dosis de crítica social: “please, don’t take my tenner away”. “Tenner” sería el billete de 10 libras con el que tira diariamente desde su raída VPO. Pero Lawrence ha vivido situaciones peores, de ahí la autorreferencial “pobreza relativa”. Una canción enfermizamente pegadiza, con uno de esos solos de sinte como salidos de “El nido de Robin” que tanto le gustan, potencial nº 1 en su mundo ideal, quizá alguno con mayor capacidad de concentración.

“Record Store Day” reaparece al otro lado de la cara –la canción salió en 2021 solo en formato vídeo–. Con ella, Lawrence celebra de nuevo un cosmos extinto, de cuando los dinosaurios poblaban Londres: discos de vinilo que no cuestan un ojo de la cara, reductos independientes como Rough Trade o los nombres ilustres de Mark E. Smith y John Peel, el famoso locutor que lo ignoró. Con su sonido seco y conciso, Mozart State declaran la guerra al reverb de los productores de rock y se aproximan a cosas tan británicas como Adam Faith o Cliff Richard –Denim tienen un EP inédito de cuatro versiones suyas–. En definitiva, no se puede dar tanto con tan poco, por ya conocido, y que despierte tanto el apetito, por adelantar el primer LP fetén de Mozart Estate: “Pop-Up! Ker-Ching! And The Possibilities Of Modern Shopping”, previsto para enero de 2023. ∎

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