El verdugo es el hombre de las mil caras. Las dos hachas cruzadas sobre fondo negro. Organizar el odio era la consigna. Odio organizado y, por tanto, reflexivo, crudo, como la actitud de
Negu Gorriak: coherente, comprometida, solidaria, firme, abierta, tolerante; ni estúpida ni comodona. Si hace dos años
“Gure jarrera” confirmaba todo el potencial creativo apuntado en el primer disco, este
“Borreroak baditu milaka aurpegi” no solo refuerza esa tendencia, sino que nos devuelve a unos NG aún más acertados en la construcción de un sonido personal forjado sobre un mosaico de influencias que no necesitan presentación, pero que una vez introducidas en el alambique dan origen a una propuesta nueva, única, original y, en esta ocasión, apoyada por un discurso mucho más sutil. La rabia se contiene. El golpe es más duro, más certero. En tiempos de confusión, ellos sí tienen personalidad. Su compromiso es sincero, en absoluto panfletario; no obstante, que cada cual se tome la molestia de meterse en sus textos y sacar sus propias conclusiones, que ya somos mayorcitos.
Las guitarras de
“Bi doberman beltz” abren setenta minutos inquietos y versátiles: del arrebato hardcore (
“Dollar area”) al color caribeño (
“Kolore bizia”); del thrash (
“Hiltzeko era ugari”) al hip hop (
“JFK”); del toque Clinton (
“Bost gehiago”) al tumbao latino (
“Chaquito”); del reggae (
“Borreroak baditu milaka aurpegi”) al rap indescriptible de
“Denok gara Malcolm X”, conducido por Antón Reixa, colaborador, compañero y cómplice ya habitual de los de Irún. Un medio tiempo intenso y crudo sirve de refugio para la angustia y la desesperación que transmiten:
“Itxoiten”, uno de los mejores cortes a pesar de un patinazo inicial que recuerda demasiado a los Chili Peppers;
“Erori”, con una secuencia rítmica cercana a Fugazi (con los que compartieron escenario en Washington), y
“Hemen izango bazina”, una hermosa canción de amor que recupera el espíritu de aquella “Amodiozko kanta” del primer disco. No sobra absolutamente nada y aún hay espacio para tres versiones:
“Pistolaren mintzoa” de M-ak,
“Kaixo” de Delirium Tremens y
“Arrano beltza” de Mikel Laboa sobre una poesía de J. A. Artze.
Así pues, Negu Gorriak, junto con Bap!! y Os Resentidos, forman una tripleta atacante que debería copar los puestos de honor de los mejores discos del año, si Corcobado y sus discípulos o las nuevas fieras del noise pop no lo evitan. Ustedes mismos. ∎