Álbum

Negu Gorriak

Borreroak baditu milaka aurpegiEsan Ozenki, 1993

Eran tiempos de crossover, fusión y globalización sonora. El disco negro de Negu Gorriak convirtió a los de Irún en el grupo por excelencia del rock-hardcore al sur de los Pirineos. Tras la experiencia acumulada en sus dos primeros álbumes, “Negu Gorriak” (1990) y “Gure jarrera” (1991), estos cronistas del apocalipsis interior dieron el do de pecho para entregar su obra más ambiciosa y también más atinada. Fermin Muguruza, Iñigo Muguruza, Kaki Arkarazo, Mikel Anestesia y Mikel BAP!!, nombres relevantes de parte de la mejor música que hemos podido disfrutar por aquí, en este o en otros proyectos, se convirtieron en un quinteto mágico tanto en estudio como en directo. Sus colisiones estilísticas y su poesía de la desesperación causaron impacto. El doble LP “Borreroak baditu milaka aurpegi” fue escogido el número 1 en la lista de los mejores discos nacionales del año 1993 en el Rockdelux 104; esta es la crítica original publicada en la revista en su momento, firmada por Xavier Cervantes.

El verdugo es el hombre de las mil caras. Las dos hachas cruzadas sobre fondo negro. Organizar el odio era la consigna. Odio organizado y, por tanto, reflexivo, crudo, como la actitud de Negu Gorriak: coherente, comprometida, solidaria, firme, abierta, tolerante; ni estúpida ni comodona. Si hace dos años “Gure jarrera” confirmaba todo el potencial creativo apuntado en el primer disco, este “Borreroak baditu milaka aurpegi no solo refuerza esa tendencia, sino que nos devuelve a unos NG aún más acertados en la construcción de un sonido personal forjado sobre un mosaico de influencias que no necesitan presentación, pero que una vez introducidas en el alambique dan origen a una propuesta nueva, única, original y, en esta ocasión, apoyada por un discurso mucho más sutil. La rabia se contiene. El golpe es más duro, más certero. En tiempos de confusión, ellos sí tienen personalidad. Su compromiso es sincero, en absoluto panfletario; no obstante, que cada cual se tome la molestia de meterse en sus textos y sacar sus propias conclusiones, que ya somos mayorcitos.

Las guitarras de “Bi doberman beltz” abren setenta minutos inquietos y versátiles: del arrebato hardcore (“Dollar area”) al color caribeño (“Kolore bizia”); del thrash (“Hiltzeko era ugari”) al hip hop (“JFK”); del toque Clinton (“Bost gehiago”) al tumbao latino (“Chaquito”); del reggae (“Borreroak baditu milaka aurpegi”) al rap indescriptible de “Denok gara Malcolm X”, conducido por Antón Reixa, colaborador, compañero y cómplice ya habitual de los de Irún. Un medio tiempo intenso y crudo sirve de refugio para la angustia y la desesperación que transmiten: “Itxoiten”, uno de los mejores cortes a pesar de un patinazo inicial que recuerda demasiado a los Chili Peppers; “Erori”, con una secuencia rítmica cercana a Fugazi (con los que compartieron escenario en Washington), y “Hemen izango bazina”, una hermosa canción de amor que recupera el espíritu de aquella “Amodiozko kanta” del primer disco. No sobra absolutamente nada y aún hay espacio para tres versiones: “Pistolaren mintzoa” de M-ak, “Kaixo” de Delirium Tremens y “Arrano beltza” de Mikel Laboa sobre una poesía de J. A. Artze.

Así pues, Negu Gorriak, junto con Bap!! y Os Resentidos, forman una tripleta atacante que debería copar los puestos de honor de los mejores discos del año, si Corcobado y sus discípulos o las nuevas fieras del noise pop no lo evitan. Ustedes mismos. ∎

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