“Pink Friday 2” se presenta, ya lo dice el título, como continuación (tardía) del disco que en 2010 encumbró a Nicki Minaj como estrella musical de doble cara: una rapera y desafiante, curtida en mixtapes de leyenda, y otra decidida a codearse con popstars más o menos convencionales del momento. Bueno, de doble, o triple, o cuádruple cara, dado el gusto de Minaj por los más explosivos alter egos.
Usar un título así puede ser arriesgado: vas a invitar fácilmente a las comparaciones, a señalar lo que fue y lo que es, a inflar innecesariamente las expectativas. Pero también puede leerse como una enésima muestra de seguridad por parte de Minaj, quien por otro lado confía, sobre todo, en el talento ajeno en esta secuela algo irregular. Y no, no nos referimos a la gran cantidad de invitados, incluyendo a un Drake que repite trece años después de “Moment 4 Life” (todo un banger) en la tropical house “Needle”.
Lo que queremos decir es que los mejores ganchos de “Pink Friday 2” no son suyos, sino de una colección de samples de temas hiperconocidos que a menudo engullen todo lo que la propia Minaj tiene que ofrecer. El problema está ahí desde el arranque con “Are You Gone Already”, basada (en exceso) en el “When The Party’s Over” de Billie Eilish. Justo después, como en un ya imparable baile de disfraces, “Barbie Dangerous” nos muestra a la artista adoptando el flow de Biggie en una apropiación de “Notorious Thugs”, aquel clásico mano a mano de 1997 con Bone Thugs-n-Harmony.
En demasiadas ocasiones, la canción sampleada es muy manida: “Pink Friday Girls” es un tributo ya algo innecesario a “Girls Just Want To Have Fun” de Cyndi Lauper, mientras que “Super Freaky Girl” es exactamente lo que indica el título, un remake del ubicuo en la cultura pop “Super Freak” de Rick James. “Everybody”, “Red Ruby Da Sleeze” (presentación de otro alter ego) y “My Life” se nutren de las canciones más conocidas de Junior Senior (“Move Your Feet”), Lumidee (“Never Leave You (Uh Oooh, Uh Oooh)”) y Blondie (“Heart Of Glass”), respectivamente; las dos primeras ya han sido abrazadas por TikTok, esa aplicación que está reduciendo la música moderna a jingles.
Ante la falta de riesgo a nivel sónico, queda refugiarse en las perlas líricas de un disco marcado por el luto (el padre de Minaj murió en un atropello y fuga en 2021), pero también la fortaleza vital y, sobre todo, como es de esperar, la autoafirmación, una necesidad a la que todavía puede sacar brillo. “These rap bitches you like is my sons / Still gon run this rap shit when I'm done”, dice en “Barbie Dangerous” sobre su influencia en las nuevas generaciones. Algo más adelante, en “Red Ruby Da Sleeze”, marca distancias con Megan Thee Stallion con esta aseveración: “I don’t fuck with horses since Christopher Reeve”, en referencia al accidente de caballo que en 1995 dejó tetrapléjico al protagonista de “Superman” (Richard Donner, 1978). Es decir, su instinto para la comedia ácida sigue intacto. ∎