Yuri Méndez, aka Pajaro Sunrise, vuelve a poner alpiste a su pájaro tras cinco años –desde su anterior “Man Of Many Faces”– sin prestarle demasiada atención. Los motivos son varios. Una pandemia global, cinco mudanzas, varias bandas sonoras y sus primeros singles en castellano. Un paréntesis que se rompe con el lote de canciones pop y folk resplandecientes incluido en “The Future Is Not What It Used To Be” (inspirado desde el título), disco que lo convierte en ese espécimen de nuestra geografía alejado de la bandada.
Se afianza en esa posición con “The Mute And The Blind”, una de las golosinas pop más relucientes de su nueva colección. Ni sus cavidades de lírica entristecida repercuten en su brío melódico. En la siguiente pista da un quiebro hacia la folktrónica: “Small Circus, So Many Clowns” parece buscar reflejo en Eels bajo la rítmica del dance-punk.
“Devotion” es otra inspirada composición alineada en coordenadas anglosajonas (Little Joy o Adam Green cabrían en su paleta referencial) y potenciada por su compacto estribillo.
Rebaja animosidad en un “Parking A Lot” que parece cruzar algunas décadas para posarse en el umbral de folk sesentero, como descubre esa pista sobre un Bob Dylan melancólico recordando la figura de una chica entre plazas de parking desabrigadas. Mismo hospedaje anímico desde el que elucubra “Hey Matisse”. Este destello instrumental colorista se oscurece, quedando cortado de cuajo, en “Inhale”, un hermoso spoken word al ralentí con ecos de Oso Leone, The National y hasta Pink Floyd. En “Lover Lover” sigue escudriñando la parcela folk bañada por luces sesenteras y setenteras de un Nick Drake o Jim Croce.
Tanto “Not Hungry” como “The Real Top Of The Pops” lo emparientan con Gruff Rhys, otro dotado alquimista de la melodía pop. Y se desenvuelve como el Father John Misty más emocionalmente certero en “Shallow Waters”, cerrando el vuelo con una pieza de aires hawaianos titulada “The Sweetest Thing”.
Su afinidad con el pop y el folk de marcaje anglosajón, como dejan entrever las referencias desperdigadas entre los párrafos de arriba, no sufre agravio comparativo alguno. Yuri mira de tú a tú a sus inspiraciones con esta colección de viñetas pop pulidas, de una calidez artesanal, iluminadas con ironía y una emotividad desentrañada desde ciertos aportes melódicos envidiables. Un pájaro con un amplitud emocional y un talento compositivo que, de estar surcando otros cielos más atendidos y prestigiosos, vería su reconocimiento multiplicado. ∎